En un golpe a una estación de servicio en Villarejo de Salvanés (Madrid), el 18 de abril, dos varones que tapan sus rostros con mascarillas entran a las bravas intimidando a otra empleada con un cuchillo. Al salir huyendo con la recaudación, un motorista que va a repostar trata de retener a alguno, aunque sin conseguirlo. Diez días después, el 28, dos hombres encapuchados y embozados atracan una gasolinera del municipio toledano de Camarena en 25 segundos. Es el tiempo necesario para llevarse la recaudación. Mientras uno amenaza a la única empleada con un cuchillo, el otro con una mochila roja rebaña todo el dinero, hasta las monedas, para luego huir a la carrera con unos 450 euros. El arma blanca empleada parece la misma que en Villarejo, un cuchillo con la empuñadura de color amarillo, y los autores se fugan en un vehículo que será clave en la investigación de la Guardia Civil. En un tercer atraco, el 4 de mayo, un ladrón arrambla con el dinero que se encuentra en una gasolinera de Santa Cruz del Retamar (Toledo) mientras otro amenaza a un empleado con una arma corta que luego se sabrá que es simulada. Luego los dos se escapan en un coche rojo. Son tres de los cuatro palos a estaciones de servicio que la Guardia Civil atribuye a una peligrosa banda de al menos cuatro componentes, ahora descabezada. Son dos hombres y dos mujeres, con edades entre 18 y 38 años, aunque no se descartan más detenciones. Los varones han ingresado en prisión por orden del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 de Illescas. Han entrado el líder, de 24 años, y su mano de derecha, presuntos responsables también de otro atraco en una gasolinera de la localidad madrileña de Móstoles. Antes de su detención, este grupo criminal ya sumaba a sus espaldas 150 delitos y sus miembros habían sido arrestados al menos en 25 ocasiones. Han caído por otros 30 delitos, muy variados: desde robos con violencia y con fuerza a hurtos y sustracciones de vehículos. La Operación Carsoff ha estado guiada por agentes del cuartel de Valmojado, que identificaron el vehículo empleado en el robo en Camarena. Había sido robado en El Viso de San Juan, a 30 kilómetros, aunque fue abandonado en el barrio madrileño de Fuencarral. Estos ladrones barrieron el norte de la provincia de Toledo, donde robaron también en máquinas expendedoras y se apropiaron de vehículos que emplearon para huir. Pero las fichas fueron cayendo. Primero dos de los presuntos autores y luego se produjo una entrada y registro en una vivienda de Las Ventas de Retamosa. Allí, los investigadores encontraron el arma simulada usada en la gasolinera de Santa Cruz del Retamar. Los dos mujeres del grupo detenidas huyeron a la provincia de Guadalajara, pero fueron engrilletadas en la localidad de El Casar, a 30 kilómetros de la capital.