El diamante de béisbol ha sido testigo de innumerables momentos memorables, pero pocos tan insólitos y sorprendentes como el que protagonizó Randy Johnson el 24 de marzo del 2001.
Los Arizona Diamondbacks enfrentaban a los San Francisco Giants en un juego de pretemporada. Johnson, era quien se encontraba en la lomita por el equipo de Arizona, en uno de sus lanzamientos al plato, una paloma inocente decidió cruzar el campo de juego en el peor momento posible. La pelota, viajando a más de 160 kilómetros por hora, impactó de lleno contra el ave en pleno vuelo, quitándole la vida, dejando a jugadores, y aficionados en completo shock.
El incidente fue tan rápido que muchos en el estadio tardaron en comprender lo que había sucedido. La reacción de Johnson, se volvió instantáneamente icónica.
Este momento, se convirtió rápidamente en una de las anécdotas más comentadas en la historia del béisbol. Generó debates sobre las probabilidades estadísticas de tal ocurrencia y chistes sobre la precisión letal de Johnson.
Años después, el “incidente de la paloma” sigue siendo tema de conversación entre los aficionados. Se ha convertido en uno de esos momentos que trascienden el deporte, un recordatorio de que en el béisbol lo impredecible siempre está a la vuelta de la esquina.
Cada vez que vemos a un pitcher prepararse para lanzar, es imposible no pensar en aquella fatídica tarde en Arizona. Recordándonos que en el diamante nunca sabemos qué puede suceder en el siguiente lanzamiento.