Directora de Monitorio de Indicadores Educativos.
En 2019 se creó la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), que tiene entre sus atribuciones: realizar estudios, investigaciones especializadas y evaluaciones diagnósticas, formativas e integrales del Sistema Educativo Nacional. Para atender a este mandato de ley, la Mejoredu presentó en 2022 un Modelo de Evaluación Diagnóstica, Formativa e Integral. Con este modelo se pretende que haya articulación entre los resultados de las evaluaciones de aprendizaje, de la práctica docente y de las condiciones y procesos para dar explicaciones más completas sobre lo está pasando en el Sistema Educativo Nacional (SEN). La Mejoredu se comprometió a darnos más y mejor información, y sin haber sido capaz de cumplir completamente con este compromiso, es posible que desaparezca al aprobarse las reformas incluidas en el Plan C.
Como parte del derecho a aprender que promueve Mexicanos Primero, es particularmente importante contar con más información sobre los aprendizajes de las y los estudiantes del SEN. Para conocer esto, a nivel nacional, se cuenta únicamente con las evaluaciones diagnósticas de Mejoredu, que se aplican a una pequeña muestra de alumnas y alumnos al inicio del ciclo escolar y cuyos resultados permiten orientar estrategias de fortalecimiento de saberes y habilidades directamente en los estudiantes evaluados. Se aplica a niñas y niños de segundo a sexto grado de primaria y de primer a tercer grado de secundaria en los dominios de: Lectura, Matemáticas y Formación Cívica y Ética, en una muestra seleccionada por Mejoredu, pero coordinada por las autoridades educativas locales.
En septiembre de 2023, casi un año después de haber sido aplicada se dieron a conocer los resultados de la prueba realizada al inicio del ciclo escolar 2022-2023. Si bien, la propia Mejoredu aclara que la información fue dada a conocer a las escuelas que participaron en la evaluación diagnóstica de manera oportuna, el informe de resultados estuvo disponible para autoridades educativas, madres y padres de familia, académicos y el público en general hasta que ya había iniciado el siguiente ciclo escolar.
Más allá de las críticas que la evaluación de Mejoredu ha recibido por la confiabilidad y validez de sus instrumentos, por calificar de acuerdo con el porcentaje de aciertos, por los costos de aplicación trasladados a las escuelas o por la variedad de condiciones en la que los estudiantes respondieron a la prueba; esta evaluación no debe ser considerada solo por sus limitantes. Debe reconocerse como un ejercicio que permite orientar la práctica docente y atender necesidades específicas de las y los alumnos. Sin embargo, de poco o de nada sirve su realización si la información no está disponible de manera oportuna para las autoridades educativas y si no se dan pautas específicas para el uso de los resultados en la mejora continua de los sistemas educativos.
Al arranque del ciclo escolar 2023-2024, la evaluación se aplicó de nueva cuenta a los estudiantes en las escuelas seleccionadas, y tal y como sucedió en el ciclo anterior, la muestra no se completó en todos los estados. Y a menos de un mes de que se concluya oficialmente el ciclo escolar, nos preguntamos: ¿en dónde está la evaluación diagnóstica? No sabemos, ya que Mejoredu no ha publicado los resultados. La propia Comisión señala que su modelo de evaluación proporciona información para que las autoridades educativas impulsen acciones encaminadas a la mejora, enfocadas en ofrecer a los docentes, orientaciones para desarrollar su práctica. Pero algo está fallando, ya que las autoridades educativas, tanto federal como estatales, no reciben la información a tiempo, las madres y padres de familia carecen de datos sobre el sistema en el que sus hijas e hijos se desarrollan, y todos nos quedamos sin saber si la niñas, niños y adolescentes de nuestro país están aprendiendo.
En Mexicanos Primero consideramos que la evaluación es un acto educativo vital, por tanto, debe estar presente en nuestro sistema educativo y se debe garantizar más allá de las ideologías, los cambios de gobierno o la creación y desaparición de instituciones. No es posible continuar con incertidumbre sobre la participación de México en ejercicios de evaluación internacionales y no se deben limitar las evaluaciones nacionales. Evaluar es un acto inherente al proceso de diseño y formulación de las políticas educativas que deben poner, antes que nada, el derecho a aprender.