¿Qué no ha vivido y qué no se ha dicho de Lynda Díaz? La modelo, nacida en Puerto Rico, ha protagonizado polémicas, chismes, enfrentado momentos familiares difíciles y ha lidiado con una gran exposición mediática. Ahora, Díaz quiere utilizar todo este capital de experiencias para empoderar a otras mujeres.
Con este norte, ha iniciado una nueva faceta en la que imparte charlas de empoderamiento femenino. Dice que su lista de “meteduras de pata” es larga y que aunque no se sienta a lamentarse del pasado, añora ser esa consejera que necesitó en otros momentos.
“Siento que en mis matrimonios anteriores fui muy impulsiva en casarme, siempre buscando amor y no lo encontraba. Con los años, cuando miro hacia atrás, hubiese deseado esa figura que me diera un poquito de dirección a tomar mejores decisiones”, confesó.
Según explica, en sus charlas aborda temas fuertes como divorcios o maltratos, brinda consejos para seguir adelante y apoya los emprendimientos de las asistentes. Un detalle importante, es que por la temática que desarrolla en sus conferencias no permite que participen hombres ni personas menores de edad.
“En muchas de las partes que hablamos hay lágrimas, a mí también me conmueve cuando comparten situaciones conmigo; son momentos muy fuertes. Se ha vuelto una comunidad hermosa. Yo no sabía que en Costa Rica había tanta falta de apoyo para las mujeres”, explicó.
La esteticista ya ha realizado dos de estos eventos. El primero se efectuó el 9 de marzo en el Wyndham Garden Escazú, con entrada gratuita, y al cual asistieron alrededor de 50 mujeres. Luego, realizó otra charla el pasado 19 de mayo, con más de 120 personas en el hotel Crown Plaza Corobicí.
Su próxima cita será el 25 de agosto en el hotel Magic Mountain La Fortuna (San Carlos) y tiene un precio de ¢29.000. Actualmente, ya está confirmada la asistencia de 88 mujeres y tiene en planes realizar otra en su país natal.
“Muchas de ellas son mujeres divorciadas que como que pierden el rumbo y no saben qué hacer. Esto no se trata de cómo conseguir un hombre con dinero ni mucho menos, de nada de eso se habla”, afirmó la puertorriqueña.
Este proyecto lo realiza junto a su esposo Anthony Alfonso y va de la mano con su marca cosmética Holie Marie Beauty, de la que regala productos a las participantes. Espera impactar en quienes la escuchan para incentivar las redes de apoyo entre mujeres.
“Que alguien hable bonito de otra mujer pocas veces se escucha. Me incluyo en ese grupo, lo que pasa es que a mi edad eso ya no me importa, pero es muy triste ver cuando mujeres destruyen a mujeres”, detalló la ex 7 estrellas.
Díaz afirma que empezó esta iniciativa a petición de sus seguidoras en Instagram, con las que mantiene un contacto muy cercano y les responde sin falta. Ellas le sugirieron la idea, pues consideran que las conversaciones que sostienen con la expresentadora televisiva les ayudaban a tener fuerza en momentos difíciles.
No obstante, en primera instancia dudó en sus capacidades para hacerlo, pues no se denomina conferencista o coach de vida.
“Yo lo único es que he vivido y tengo mis experiencias que aplico para salir adelante sin importar lo que esté pasando. Tal vez a mucha gente no le cae bien, porque cuando pasás por una tragedia te quieren ver llorar o caer; no entienden que uno está todavía de pie, puedo sonreír, trabajar y seguir produciendo”, declaró Díaz.
Su ligamen con el mundo del modelaje y la estética también queda manifiesto en estas charlas, pues uno de los elementos que enfatiza en sus conferencias es el aspecto físico, pues cree que es un factor importante para la vida de todos.
“Me dicen: ‘Lynda gracias, no sabes cómo me has ayudado, empecé en el gimnasio’, por ejemplo. Hay unas que bajaron mucho de peso y se empezaron a arreglar”, comentó.
Díaz mantiene un estilo frontal y sin tapujos, como es costumbre en ella. En las charlas repasa desde sus errores hasta la condición de salud de su hija Nicole Coco Roper y las críticas que ha recibido por “no estar 24/7 con ella”.
“La gente quiere que paralice mi vida para estar a la par de mi hija. Ella tiene una condición, lamentablemente tiene cáncer, pero yo tengo una vida, otros hijos y cosas que hacer. La vida no se detiene para nadie, las cuentas tampoco, todo sigue”, aseveró la modelo, radicada en Estados Unidos.
Cada charla dura un aproximado de cuatro horas, con una pausa para compartir un café. Se declara sorprendida por el gran apoyo que ha recibido a pesar de que solo ha publicitado los eventos por sus redes sociales.
“Cuando me dijeron que son 120 mujeres yo decía: ‘Ay, Dios mío, santísima‘ y respiré. No tengo miedo escénico, ni mucho menos, pero hablar tanto tiempo, que la conversación sea fluida y las entretengas es retador”, concluyó.