En un año donde las elecciones presidenciales de Estados Unidos amenazan con reconfigurar el panorama político global, México enfrenta un desafío aún mayor: la gestión de la migración. Alicia Bárcena, la actual canciller, ha puesto el dedo en la llaga al señalar que este es el reto más apremiante que México deberá encarar en el corto plazo. Pero, ¿realmente estamos preparados?
La administración entrante de Juan Ramón de la Fuente tiene en sus manos un modelo ambicioso, el Modelo Mexicano de Movilidad Humana, que no es más que una colcha de retazos hecha con buenas intenciones y promesas de papel. Se nos ha dicho que este modelo implicará la protección de 37 millones de mexicanos en el exterior, pero ¿cómo proteger a aquellos que ya han sido olvidados por nuestro sistema? ¿Prevalecerá el perfil policiaco de quienes encabezan las instituciones en la materia?
Pedir a Estados Unidos que regularice a los mexicanos con más de cinco años en el país suena muy bien en un discurso político. Sin embargo, la realidad es que estas solicitudes se estrellan contra un muro de burocracia y xenofobia. Programas de desarrollo para migrantes retornados y lucha contra sanciones son conceptos nobles, pero en la práctica, se traducen en iniciativas fragmentadas y sin impacto real.
La cooperación con comunidades de origen y retorno, a través de AMEXCID, es otra promesa que suena maravillosa. Programas como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro en América Latina están muy bien sobre el papel, pero ¿dónde están los resultados tangibles? ¿Cuántas vidas realmente han cambiado? Nos encontramos ante un discurso vacío, lleno de buenas intenciones y escasos logros.
Emitir visas de trabajo temporales para mexicanos en Estados Unidos y Canadá, así como fomentar la migración laboral en zonas con alta demanda de empleo en México es sin duda una estrategia interesante. Sin embargo, sin un verdadero apoyo logístico y financiero, estas iniciativas corren el riesgo de ser simplemente una vía de escape para la presión migratoria interna, en lugar de una solución sostenible.
La mejora de los servicios en los Centros Integradores para Migrantes y la creación de nuevos centros multiservicios en Chiapas suenan a pasos en la dirección correcta. Pero la triste realidad es que muchos de estos centros operan en condiciones deplorables, sin los recursos necesarios para ofrecer un apoyo real a los migrantes. Estamos viendo más una estrategia de contención que de verdadera integración.
El seguimiento de personas migrantes desde la selva del Darién hasta la frontera sur de México ha mostrado un aumento significativo en los flujos migratorios ¿Cómo podemos manejar estos números crecientes si no podemos siquiera gestionar adecuadamente a los migrantes que ya están aquí? La situación es insostenible y cualquier acuerdo bilateral con Estados Unidos para limitar los flujos migratorios parece más un parche temporal que una solución a largo plazo.
México ha establecido un récord histórico en 2023 con 150 mil solicitudes de refugio. Sin embargo, la integración de estas personas al mercado laboral sigue siendo una tarea titánica. Las cifras de COMAR y ACNUR pueden parecer impresionantes, pero la realidad sobre el terreno es que muchos refugiados siguen enfrentando barreras significativas para su integración.
La estrategia mexicana de diplomacia cercana suena bien en teoría, pero en la práctica, es una ilusión. La colaboración con países expulsores de migrantes para abordar conjuntamente los problemas migratorios es esencial, pero hasta ahora, ha habido más palabras que acciones.
El Modelo Mexicano de Movilidad Humana pretende ser un esfuerzo integral y colaborativo, pero hasta que no se aborden las verdaderas causas estructurales de la migración y se implemente una estrategia coherente y bien financiada, seguirá siendo una promesa vacía. Juan Ramón de la Fuente tendrá una tarea monumental: transformar palabras en hechos y enfrentar los retos actuales con una determinación y eficacia que hasta ahora no hemos visto. El futuro de México y de millones de migrantes depende de ello.