Sonsoles Ónega se ha hecho un hueco en las tardes televisivas. La periodista que llegó hace casi dos años ya directa de Telecinco, en un movimiento que sorprendió, incluso, a sus propios compañeros es ya un rostro imprescindible de Antena 3 y su adaptación ha sido total y absoluta. Así, la presentadora de 'Y ahora Sonsoles' ha conformado un programa en el que la mezcla de temas de actualidad y crónica social consiguen que el espectador se mantenga 'enganchado' al espacio. Una fórmula a la que habría que sumar el carácter dicharachero de la periodista, que es capaz de salirse del guión sin despeinarse dejando momentos bastante anecdóticos. Esto es lo que se vio este martes, cuando Sonsoles Ónega, lejos de callarse, no tuvo reparos en reprender a dos espectadores por lo que estaban haciendo durante el directo. 'Y ahora Sonsoles' tenía una noticia 'bomba' que dar. La madre de Bosco Martínez- Bordiú, Clotilde, había sido condenada a dos años de cárcel tras admitir que había explotado laboralmente a cuatro trabajadores de su finca en Segovia. La información estaba sobre la mesa, pero un imprevisto provocaba que Sonsoles Ónega paralizara el programa. «¿Ustedes se creen que no los tengo fichados?», cuestionaba la presentadora de 'Y ahora Sonsoles' a dos personas que estaban entre el público a los que había pillado echando una 'cabezadita'. «¿No le interesa lo de Pocholo o qué?», cuestionaba Sonsoles Ónega , mientras los reprendidos no podían más que disculparse con la presentadora del espacio de Antena 3 que acto seguido justificaba su ' enfado ' por ver al público 'ausente'. [El director del nuevo 'Sálvame' paraliza el directo abochornado: «¡Esto es de vergüenza!»] «Yo recibo las energías», empezaba argumentando Sonsoles Ónega . «Por lo que, si veo a alguien durmiendo, me vengo abajo», aseguraba la periodista ante las cámaras de 'Y ahora Sonsoles '. «Yo me he deprimido al ver a la señora durmiendo y yo necesito estar alegre», señalaba la presentadora que solicitaba a los presentes que durmieran en el camino de vuelta a sus respectivas casas. «¡Esto es horroroso! Me hunden en la miseria», se quejaba con humor Sonsoles Ónega ante la inesperada situación que había vivido con las dos personas del público .
