Una ojeada ojeada a los diarios, día a día, bastaba para convencerse de la urgencia de poner coto a la politización de la justicia. Las maniobras de la Fiscalía General contra la pareja de Ayuso, las sospechas sobre el juez que investiga a la mujer del presidente, la estrategia inquietante del Tribunal Constitucional para blanquear políticamente los ERE… Es la paradoja del sanchismo: cuanto más han puesto bajo sospecha la Justicia, más han reforzado la necesidad de cambiar el sistema para despolitizar el Poder Judicial . Y de momento, el PP ha ganado algunas batallas, aunque esta es una guerra que todavía habrá que librar. Por ahora se consensua que no podrá haber otra Dolores Delgado que vaya del Gobierno...
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