Un empresario de Alicante ya jubilado ha conseguido que la Justicia le condone una deuda de 10,7 millones de euros -una de las más elevadas en toda España- con la Ley de Segunda Oportunidad y empezará a olvidar un auténtico drama para él y los suyos, viviendo en una casa de prestado y sin poder hacer una vida normal. «Lo había perdido todo», resume su abogado, Adrián Costa . ¿Cómo pudo acumular tal cantidad de dinero sin pagar? Como tantos otros profesionales, se dedicó a la promoción de viviendas durante el boom de la edificación a principios del milenio y, junto con otros socios, «se arruinaron cuando estalló la burbuja inmobiliaria », en la crisis de 2008. Posteriormente, en 2012 «perdió todo su patrimonio» embargado tras un concurso de acreedores, cuando todavía no existía la Ley de Segunda Oportunidad. Originalmente, debía 12 millones de euros en total, hasta que le desahuciaron. «Ahora estaba exonerado de facto, porque con su pensión evidentemente no podía pagar esa deuda», pero aunque no tuviera posibilidad de afrontar unos pagos de esa cuantía, «a no ser que le tocara la lotería», tampoco le quedaban opciones de prácticamente nada, ni podía solicitar un crédito, ni comprar una vivienda con hipoteca, abrir una cuenta bancaria, sin que le embargaran… Y se sentía derrumbado, obviamente, «no sólo él, también las personas de su entorno», recuerda Costa. A partir de 2015, con la nueva normativa, se ha podido acoger a esta opción. Para el bufete de abogados que ha llevado su caso, salvarle de este verdadero desahucio permanente de por vida ha entrañado revisar todas las deudas que tenía pendientes en diferentes expedientes, denuncias y acreedores, un trabajo arduo que ahora ha dado su fruto. Costa asegura que hay otros casos similares, de inversores que han contraído deudas millonarias en este tipo de actividad económica en la que se manejan cantidades considerables. Este afectado «lo había perdido todo» debido a que se le aplicó la legislación anterior y como persona física, no como sociedad mercantil, que en este caso no disponía de suficientes activos para cubrir su descubierto.