El jugador del RB Leipzig era un fijo con España en los tiempos de Luis Enrique. Ante Albania entró en la unidad B y firmó una gran primera parte, con asistencia incluida
Es fácil adivinar el once titular de España para el partido de octavos de final del domingo, y seguramente sólo Laporte repetirá de los que tuvieron la oportunidad frente a Albania. Pero De la Fuente los tiene a todos enchufados y los menos habituales vieron el cierre de la primera fase así, como una oportunidad. Y Dani Olmo fue de los que la aprovechó de verdad. Lleva el «10» en la camiseta, algo que ya dice mucho del peso de un futbolista en una selección, pero es verdad que ahora no tiene el protagonismo de los tiempos de Luis Enrique. Para el asturiano era un fijo en las alineaciones, y él le respondía con juego y hasta con goles. Jugó como titular todos los partidos de la Eurocopa 2020 y los cuatro encuentros de la Roja en el Mundial de Qatar, donde arrancó con un gol y una asistencia en la exhibición ante Costa Rica.
Ahora España juega con extremos y con un nueve claro, y por detrás es Pedri el que ocupa su puesto, así que Olmo forma parte de la segunda unidad. Después de lo visto ante Albania se podría decir que es el jugador número «12», porque entendió perfectamente la idea de verticalidad que quiere De la Fuente para esta España. En una de sus primeras apariciones dio el pase perfecto para el gol de Ferran y se cansó de recibir, girarse y poner a jugar a los atacantes. Justo lo que le hace imprescindible en el Leipzig, aunque esta temporada haya estado la mitad del tiempo lesionado con un problema en la rodilla y después una operación en el hombro.
Fue uno de los mejores en la primera mitad, y en la segunda, cuando apretó más Albania, le tomó el relevo David Raya, con tres paradas decisivas para que España se vaya a la siguiente fase con pleno de victorias. Lo mismo que hizo la selección en la Eurocopa de 2008, donde Luis Aragonés hizo diez cambios en el tercer partido ante Grecia... El portero del Arsenal hizo también que España mantenga su portería impoluta, un honor que comparte únicamente a estas alturas con Francia, aunque a los galos todavía les queda un partido de la primera fase. «Ha sido un partido bueno de todo el grupo. Se nos queda un sabor muy dulce, contento por la victoria, tres partidos ganados. La primera parte hemos dominado, pero sabíamos que iban a arriesgar más en la segunda. Se ha roto más el partido y han tenido más ocasiones», analizaba Raya en RTVE.
España salió ilesa mientras De la Fuente repartía esfuerzos. Todo perfecto antes de que lleguen las eliminatorias.
