Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, es el momento de mostrar el cuerpo con prendas más ligeras. La mayoría de las personas prefieren lucir una piel bronceada, dejando atrás el blanco nuclear y tono pálido del invierno.
En este contexto, son muchos los que buscan las opciones más rápidas y efectivas para lograr un bronceado intenso y uniforme sin poner en riesgo su salud. Y es aquí donde entran en juego diversos alimentos. Aunque tradicionalmente se ha destacado a la zanahoria y al tomate como los mejores potenciadores del bronceado, lo cierto es que existen muchos otros alimentos que cumplen esta función de manera más rápida y eficaz.
Cuando llega el calor, es fundamental consumir vitamina A en forma de betacarotenos, presentes en alimentos como tomates, zanahorias y albaricoques. Estos potentes antioxidantes combaten el envejecimiento de la piel, preparándola para el bronceado y potenciando el tono moreno. Los alimentos ricos en caroteno facilitan la producción de melanina, eliminan manchas en la piel y protegen contra los efectos nocivos del sol.
Por otro lado, las vitaminas B y E, presentes en alimentos como el pescado y las legumbres, previenen la deshidratación y descamación, prolongando el bronceado. Además, la vitamina C, que se encuentra en cítricos, kiwis y fresas, previene la formación de manchas y atenúa las ya existentes.
Los nutricionistas sugieren consumir diariamente zanahorias, pimientos rojos, espinacas, cerezas, sardinas, legumbres, aceite de oliva, pepinos y albaricoques.
Para lograr un bronceado uniforme y perfecto, es ideal mantener la piel en óptimas condiciones durante todo el año mediante exfoliaciones periódicas y una correcta hidratación, intensificando estos cuidados unas semanas antes de la exposición solar. Además, es importante exponer la piel al sol de forma progresiva, en sesiones cortas durante los primeros días, evitar productos con alcohol y perfumes, y aplicar la crema solar 30 minutos antes de la exposición sobre la piel bien seca.