La comisión del Gobierno de Israel que investiga la compra de submarinos militares a una empresa alemana bajo el mandato del primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha señalado este lunes que el político israelí "puso en peligro la seguridad nacional" con dicho acuerdo, que ha derivado en acusaciones de soborno contra varios altos cargos.
Los miembros de la comisión han alertado en un comunicado de que los resultados de la investigación pueden "afectar de forma negativa" a altos cargos del Gobierno, como Netanyahu, el exministro de Defensa Moshe Yaalon, el exjefe del Mossad Yossi Cohen, el antiguo jefe de la Armada Ram Rothberg y el que fuera miembro del Consejo de Seguridad Nacional Avner Simhony, entre otros.
Así, han señalado que la conducta de Netanyahu en relación con el llamado 'Asunto Submarino' llevó a "problemas sistemáticos en los procesos de trabajo y las capacidades del Ejército, además de dañar los mecanismos de toma de decisión en varios asuntos de especial relevancia". "Al hacer esto, Netanyahu puso en peligro la seguridad nacional del país y dañó las relaciones internacionales y los intereses comerciales de Israel", advierte el documento, que consta de once páginas y afirma que los cinco deberán notificar a la comisión en caso de contratar a un abogado que les represente.
La entidad ha hecho una mención especial a los ataques perpetrados el pasado 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra territorio israelí y ha lamentado que el país se ha enfrentado a "complejos desafíos en materia de seguridad durante este último de tiempo".
El caso de los submarinos está relacionado con el acuerdo de compraventa de dos embarcaciones de este tipo con la alemana ThyssenKrupp Marine Systems. Tras el primer acuerdo, Israel dio el visto bueno a la compra de tres submarinos militares por 1.500 millones de euros. Un segundo acuerdo aprobaba la compra de buques militares dotados con misiles y valorados en 430 millones de euros con el objetivo de proteger las "plataformas petrolíferas de Israel frente a las costas del país".
Sin embargo, informaciones judiciales apuntan a que varios altos cargos del Gobierno y el Ejército relacionados con Netanyahu exigieron el pago de sobornos para posicionarse a favor de estos acuerdos y sacarlos adelante. Las principales acusaciones contra el primer ministro, que no está imputado en el caso, se basan en la idea de que inició el proceso de compra de submarinos adicionales para la Armada israelí a pesar de las objeciones de la cúpula militar.
Netanyahu excluyó además a los principales organismos de seguridad de Israel del proceso de toma de decisiones a pesar de que se trataba de "cuestiones delicadas de seguridad", evitó documentar reuniones y "creó canales de acción paralelos y conflictivos, poniendo así en riesgo la seguridad del Estado".
La comisión fue creada en 2022 bajo el Gobierno del ex primer ministro Naftali Bennett, que se pasó más de dos años tratando de probar que la compra de estas embarcaciones tuvieron lugar bajo el anterior Gobierno de Netanyahu, cuya oficina sigue defendiendo que la compra de estos submarinos supone un "elemento clave para la seguridad nacional de Israel y para garantizar su existencia frente a Irán".
"La compra de estos submarinos y buques no solo no daña la seguridad del país sino que garantiza su existencia. La historia probará que Netanyahu tenía razón sobre este asunto y que se trataba de una decisión correcta para la seguridad de Israel", ha sostenido.
El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, no han tardado en dar un paso al frente y criticar al primer ministro, al que ha calificado como un "peligro para Israel", según informaciones recogidas por el diario 'The Times of Israel'. "Es un peligro para la seguridad del país. Así lo ha sido en el caso de los submarinos y así ha sido con el desastre del monte Merón y respecto a la masacre del 7 de octubre", ha afirmado Lapid.
A principios de este año, una segunda comisión de investigación sobre este asunto señalaba también al mandatario por ser responsable directo de lo sucedido en Merón en 2021, cuando 45 personas murieron y otras 150 resultaron heridas durante una estampida en el marco de la festividad de Lag Baomer. El opositor también ha arremetido contra al Comisión de Finanzas del Parlamento israelí tras votar a favor de destinar parte del presupuesto a la educación de comunidades ultraortodoxas.
"Este dinero está siendo robado de los bolsillos de los contribuyentes en plena guerra. Son los impuestos de la clase media, que están siendo robados de forma cínica", ha aclarado. "Quiero decir a los votantes del Likud que están siendo traicionados. Vuestros altos cargos, elegidos por vosotros, os traicionan", ha declarado.