La Asociación Brasilera de Transporte Internacional (ABTI) analizó el impacto de las inundaciones que afectaron la región de Río Grande do Sul y otras zonas aledañas. Hay pérdidas millonarias. Cuándo se normalizará la situación.
Eduardo Petetta, experto en comercio internacional y habitual columnista en Transport & Cargo, envió un completo cuestionario a la Asociación Brasilera de Transporte Internacional (ABTI) para conocer más detalles acerca del impacto logístico producto de las lluvias y consecuentes inundaciones que afectaron la región de Río Grande do Sul y otras zonas aledañas.
- ¿Cómo fue afectado el flujo del transporte carretero internacional entre Brasil y Argentina en los principales cruces fronterizos durante período de tormentas e inundaciones que afectaron principalmente al sur del Brasil?
- En todos los casos, lo más difícil no es adaptarnos logísticamente en la operación, ya que el sector es altamente resiliente. Lo que más nos afecta es el impacto en las personas, son sus casas, su núcleo familiar. La incerteza de lo que todavía irá o podrá suceder. Son los colaboradores que fortalecen las estructuras, aún más cuando hablamos de servicios.
Por estas fronteras cruzan mercaderías con destino a Argentina, Bolivia y Chile. Las rutas afectadas por el desastre climático-ambiental están más centralizadas en el lado este del Estado.
Hubo, claro, una necesidad de readaptación para importaciones que estaban destinadas a la región afectada de Río Grande do Sul, fue el caso, por ejemplo, de las montadoras de vehículos 0 km. Fueron varios camiones que necesitaron ser enviados a otras unidades de produccion.
- ¿Disminuyó en forma considerable el flujo de camiones de ingreso y egreso?
- ¿Cuál fue la variación en porcentaje de la cantidad de camiones de importación y exportación?
- ¿Cuál es o fue la variación en días de demora en las fronteras?
- En los primeros días hubo un impacto mayor, relacionado más a fallas en los sistemas que tuvieron dificultad en activar métodos de contingencia. De todos modos, la reacción de las autoridades fue muy ágil. Todos trabajaron para que la operación no sufra graves prejuicios. Los aumentos de los tiempos medios de los primeros días fueron absorbidos en el transcurso del mes.
- ¿Hubo daños en carreteras, caminos adyacentes y en la infraestructura de depósitos fiscales y nacionales utilizados para importación y exportación? ¿En miles o millones de dólares USA qué valor estarían considerando?
- Hubo muchos daños en rutas nacionales y provinciales que en algunos casos llegaron a aislar comunidades enteras. Diversos puentes se desmoronarán, hubo caída de barreras, y las inundaciones que duraron varios días que afectaron el pavimento. No hay registros de daños a depósitos, sobre todo fiscales o federales. Pero hubo destrucción total en muchas industrias e, incluso, en empresas de transporte y logística.
El valor de los daños a la infraestructura está siendo ajustado a medida en que las aguas retornan a su volumen normal y las autoridades constatan los daños estructurales causados por la inundación feroz que desenfrenadamente ocupó espacios que nunca habían sufrido con fenómenos climáticos como este.
- ¿Qué otras aduanas o cruces se vieron afectados en forma considerable?
- No tuvieron mayor impacto en zonas primarias o secundarias en fronteras, porque fue en un eje longitudinal en la región este de Rio Grande do Sul.
- ¿Cuánto tiempo tomaría normalizar la situación del tráfico internacional de bienes y servicios a niveles anteriores a la tragedia vivida en el Sur de Brasil?
- Es la pregunta más complicada de responder. Porque necesitaríamos saber a quién y cómo afectó. Para algunos, podríamos decir, que el tiempo que demore en recuperar lo que perdieron sería de entre seis meses a un año.
Mientras tanto, el mercado se adaptará y buscará otros proveedores como sucedió durante la pandemia. Deberá pagar más caro, tendrá que buscar opciones sustitutivas. Vivimos en un mundo mutable, resiliente e competitivo, que obligará a encontrar soluciones.