Su valor histórico es incalculable, pero sed ofrecían en la calle al mejor postor. Más de dos siglos después ha aparecido una colección de 14 documentos manuscritos e impresos de la invasión napoleónica de Málaga en un rastro de la localidad de Benalmádena, donde han sido adquiridos, y proceden, al parecer, del vaciado de una casa por alguien que compró todo su contenido en bruto.
Según informa el diario "Sur", los escritos iban acompañados de medallas y la legión de honor, máxima condecoración francesa, y el documento más valioso está firmado por el general Horace Sebastiani de la Porta en 1810 y solicita el pago a Málaga de 12 millones de reales tras la caída de la ciudad por resistirse. Sebastiani fue el brazo ejecutor de la matanza de Málaga por orden del mariscal Jean-de-Dieu Soult, duque de Dalmacia y hombre de confianza de Bonaparte, y la misiva se dirige a José Cervera, el afrancesado prefecto (alcalde) de Málaga nombrado por los vencedores, explica el periódico.
Se le recuerda al político que debe pagar doce millones por "los gastos generales del ejército" en la toma y control de la capital, además de solicitarle otras cantidades, como 50.000 o 60.000 reales para la "sede" de Marbella. En otra carta el duque de Dalmacia, que batalló con Napoleón en la Batalla de Austerlitz, muestra su mano dura al reprender al prefecto de Antequera.
Este duque y Sebastiani dirigieron en 1810 el sangriento asalto a Málaga, que, lejos de rendirse a las tropas napoleónicas como se pactó en un principio, levantó su primera línea de defensa, con soldados, mujeres y niños incluidos, que se armaron con lo que tenían a mano para hacer frente al invasor el 5 de febrero de aquel año.
Los documentos, tanto en español como en francés, los ha encontrado José Antonio Fernández Molina, tasador de antigüedades y "recuperador histórico", definición que prefiere a la de coleccionista, que además es perito calígrafo judicial y certifica la autenticidad de ese material que revive un episodio que se recuerda en el propio lugar donde ocurrió con una placa conmemorativa y un parque, Héroes del Combate de Teatinos.
"Cuando vi los documentos supe que tenían valor, pero mi sorpresa fue cuando estudié los textos y vi que estaban firmados por los mariscales de Napoleón en España, que dirigieron la conquista de Málaga", reconoce al rotativo el también escritor de la novela 'El tasador de antigüedades'.
No es su primer descubrimiento de joyas de este tipo en mercadillos, también rescató el casco de aviador del héroe de la II Guerra Mundial John Braham, los planos originales de la remodelación de las murallas de la Alhambra en el siglo XIX o las memorias de un músico judío alemán, pariente de Albert Einstein, que narraba en primera persona el infierno nazi.