La presidenta ha mandado un doble mensaje con Milei: el más obvio a Sánchez y a Feijóo el más profundo . Al presidente lo ha puesto ante el espejo de su doméstica, histérica, tiránica manera de ensuciar los asuntos españoles con barata incontinencia chavista; a Feijóo le ha enseñado la diferencia entre el poder y la oposición y sin malgastar una palabra con Vox le ha arrebatado el icono. Ni bronca, ni ultraderecha, ni fragmentación del voto. Todo para ella. Todo lo que Milei es y todo lo que representa. Vox en la inanición y más madera contra Sánchez. Así se une a la derecha: comiéndosela. Con inteligencia, con autoridad y ese punto sexy en el que Ayuso se deja...
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