Sin duda una de las experiencias más insólitas que se pueden vivir en España es contemplar en el mismo hábitat al lince ibérico, especie que recientemente ha dejado de estar en peligro de extinción, y al bisonte europeo, un animal propio de otras latitudes de Europa y que también ha estado al borde de la extinción. Los esfuerzos de las últimas décadas por su preservación han revertido su trágica tendencia. Si bien su hábitat natural es Polonia y Bielorrusia, en El Encinarejo, una impresionante finca de mil hectáreas, se introdujeron 18 bisontes europeos hace apenas tres años y ya han conseguido que tres nuevas crías alegren estas tierras en plena Sierra Morena.
Se trata de la primera finca privada de Andalucía en reintroducir el bisonte europeo como especie semisalvaje en libertad. La reintroducción del bisonte europeo no solo añade valor paisajístico a la finca, también tiene implicaciones positivas para la conservación de la biodiversidad y desempeña un papel crucial en la restauración del terreno. Los bisontes europeos son considerados ingenieros del paisaje, ya que su comportamiento de pastoreo influye en la composición y la estructura de los ecosistemas, beneficiando a una variedad de especies vegetales y animales.
Así lo entendieron Alex y Jess Hohne, propietarios de El Encinarejo. Sus bisontes sacian su hambre en los infinitos pastos de la finca, ayudando a la preservación del monte bajo; además, su estiércol favorece el buen crecimiento de los bosques, y con todo se contribuye a preservar la biodiversidad y la restauración del equilibrio ecológico, tan necesario en Sierra Morena. Llevan a cabo un programa de investigación y seguimiento a tiempo completo del que sus huéspedes puede participar.
El joven matrimonio dejó su país, Sudáfrica, para instalarse en plena Sierra Morena junto a su hijo y comenzar aquí una nueva vida rodeados de naturaleza y desempeñando importantes tareas de conservación de especies en peligro de extinción. “Queríamos también acercar las experiencias de África a España, el país con el mejor ecoturismo del mundo”, nos asegura Alex. Se encontraron con el lince ibérico campando a sus anchas por estas bellas tierras y protegido también por la Fundación CBD-Habitat, que ya trabajaba desde hace años con los antiguos propietarios de la finca.
“El trabajo de continuidad ha sido perfecto y maravilloso, la implicación total de Alex y Jess ha sido clave para avanzar en la salvaguarda del lince”, nos reconoció Samuel Plá Benítez, técnico de campo de CBD Habitat. En 4×4 descapotable y al más puro estilo sudafricano se recorre El Encinarejo, siempre atendiendo las explicaciones de Alex para disfrutar de un paisaje diverso y cautivador, que combina escarpadas montañas y acantilados con dehesa, bosques frondosos y valles. Testimonio de la diversidad botánica son los encinares y quejigales de sus zonas más altas, como la de El Encinarejo. Pero también hay pino y matorral mediterráneo, además de plantas aromáticas como tomillo y romero.
En primavera la jara es la reina indiscutible del paisaje. Un hábitat perfecto para cientos de aves y rapaces, como águilas reales e imperiales, búhos y buitres negros y leonados, pero también refugio para las aves migratorias que cada año surcan los cielos de Sierra Morena. La gran cantidad de agua de esta zona favorece también una amplia diversidad de especies acuáticas, como truchas, barbos, serpientes, lagartos, anfibios y hasta nutrias, todos fundamentales para la rica biodiversidad del lugar.
En cuanto a los mamíferos, es zona perfecta para el jabalí, los ciervos, muflones y gamos, así como ginetas, zorros y tejones. Sin embargo, el rey indiscutible es el lince, emblema de la conservación y patrimonio ibérico. A pesar de estar en peligro de extinción, desde CBD-Habitat se muestran ilusionados con los grandes avances desde 2002, cuando apenas quedaban 92 ejemplares en toda la Península, ya que se ha conseguido hasta el momento remontar la cifra hasta 1.700. De ellos, una familia completa se encuentra feliz e integrada plenamente en El Encinarejo, donde madrugando, eso sí, es posible verlos.
Cabe destacar que no existen subvenciones gubernamentales ni europeas para su conservación, ni ayudas para la repoblación del conejo, alimento fundamental del lince, por lo que todas las ayudas vienen de mecenas privados, como los propietarios de El Encinarejo. Han enfocado su vivienda como hotel para disfrutar del ecoturismo más selecto. Disponen tan solo de cuatro espaciosas habitaciones, ubicadas junto a la casa madre, pero totalmente independiente. Con salón, cocina, comedor y amplias terrazas con las mejores vistas al Real Santuario de Santa María de la Cabeza.
Se trata de uno de los lugares de peregrinación más importantes y frecuentados de Andalucía, y su romería es la más antigua de España. El concepto de hospitalidad lo tienen muy claro: quien reserve, aunque solo sea una habitación, estará solo acompañado por quien lo desee, no habrá huéspedes desconocidos. Solo así se consigue cumplir el sueño de los propietarios, que todos sus huéspedes sientan que la finca es suya durante toda la estancia. Además de observar bisontes, avistar aves y disfrutar de la elegancia felina del lince, El Encinarejo ofrece la posibilidad de cazar ciervos y gamos con arco. La afición de Alex, que ahora comparte con cazadores que vienen de todo el mundo para experimentar esta técnica tan complicada como sostenible.
Además de los safaris y paseos en 4×4 por la finca, y del turismo cercano, como visitar Andújar, el Santuario, el pantano de El Encinarejo o el mar de olivos y Bailén, hay otras actividades igualmente interesantes para disfrutar de pleno en El Encinarejo. Incluido en el precio de la estancia se puede practicar tiro al plato, hacer rutas de senderismo o bicicleta, montar a caballo o avistar mariposas. La ausencia de contaminación lumínica, las perfectas condiciones de transparencia atmosféricas de El Encinarejo, la altura y ausencia de polvo en el aire y la ausencia de contaminación ambiental convierten este lugar en un espacio perfecto también para los amantes de la astronomía.
Como extras ofrecen la posibilidad de disfrutar de maridajes de vino con alimentos locales, así como de catas de aceite de oliva virgen extra de la comarca. Jaén es la mayor concentración de olivos del mundo y su aceite uno de los mejores. Para ello cuentan con la experiencia y profesionalidad de Sensa Experience, que desde Andújar se trasladan a la finca para hacer las catas privadas y disfrutar con todos los sentidos. Quien lo desee podrá recibir un relajante masaje mientras se disfruta de las mejores vistas. Y como uno no ha estado en Andalucía sin vivir un buen flamenco, también hay posibilidad de sentirlo en un pase privado al caer la noche.
En breve terminarán la obra de una espectacular piscina integrada en el paisaje y volada sobre las vistas al Santuario y recibirán la llegada de nuevos huéspedes: los caballos salvajes Przewalski.
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