Inglaterra , una de las teóricas favoritas para alzarse con el triunfo en la Eurocopa, sigue todavía lejos de confirmar esa condición a través su juego. Otra versión gris de los Three Lions, como en la puesta en escena ante Serbia, fue esta vez incapaz de rubricar una victoria frente a Dinamarca que tenía el notable valor del primer puesto de grupo. El empate, que pudo ser peor a tenor de lo visto sobre el verde, no compromete demasiado en lo numérico a una selección que será líder si doblega a Eslovenia en la última jornada, pero incrementa las dudas sobre su juego e incide en la sospecha en torno a la discutida gestión de Gareth Southgate. Y eso que el partido se puso cuesta abajo pronto para el conjunto inglés, merced al esperado bautizo ante el marco rival de un coleccionista de goles como Harry Kane. Fue tras un inicio corajudo de Dinamarca, más necesitada que los ingleses después del decepcionante empate inicial ante Eslovenia. Esta selección nórdica está muy lejos de la Dinamita Roja de los ochenta y tampoco alcanza el nivel del equipo que cayó en semifinales en 2021, precisamente frente a Inglaterra, pero su empuje desde el pitido inicial sirvió para alimentar la inseguridad 'pross' tras una discutible puesta en escena contra Serbia. Replegado el combinado de la cruz de San Jorge, sus ramalazos de calidad quedaron otra vez en manos de Jude Bellingham . El madridista, que volvió a transitar por muchas zonas del campo, se mostró de nuevo generoso en el esfuerzo y se ofreció a la mínima oportunidad para desatascar el juego inglés. Como ya se vio en el debut del conjunto dirigido por el criticado Southgate, Inglaterra necesita mucho más de hombres como Saka, desapercibido, y Foden, afectado por el encaje de bolillos del técnico inglés. La actual subcampeona de Europa al menos se fue haciendo con el control del balón. Faltaba algo de vértigo en su juego pero cuenta con Kane, un especialista en aprovechar el mínimo resquicio hacia el gol. El punta del Bayern de Múnich, que se topó con el larguero ante Serbia, capitalizó el timorato comportamiento defensivo danés para definir a placer con la zurda. Otra vez más pegada que fútbol en Inglaterra. Sin embargo, el combinado inglés especuló con la ventaja y esa actitud rácana la aprovechó Dinamarca para trazar el cerco sobre el marco de Pickford, dubitativo en el juego aéreo. No fue por arriba, sino a través de un chutazo lejano pegado al poste, como Hjulmand estableció la igualada para hacer justicia a lo visto en la primera parte, que se agotó bajo cierta sensación de superioridad nórdica y algún destello de Foden. Necesitaba una reacción Inglaterra, pero solo se atisbaron intentonas individuales. Otra vez Southgate enmendó la plana con Gallagher en lugar de Alexander-Arnold, en busca de ese fútbol en el centro del campo 'pross' del que sigue sin haber noticias. Ante el cortocircuito inglés, Foden se echó el equipo a las espaldas con un zurdazo al poste, otra vez el talento individual frente a la falta de brillo colectivo, antes del triple cambio que mandó al banquillo al habilidoso futbolista del City junto a Saka y Kane. Arriesgada apuesta de Southgate con un reemplazo completo en el frente de ataque que no dio frutos. Dinamarca acabó mejor y metió el miedo en el cuerpo a Inglaterra, salvada por la campana tras sendas ocasiones de Christensen y Hojbjerg.
