El Ministerio de Defensa Nacional ha denunciado y abierto un sumario ante la justicia militar contra el capitán Nelson Duarte tras un altercado en la vía pública con el ministro Armando Castaingdebat. “Correspondía hacerlo, porque pasó todos los límites”, afirmó una fuente del ministerio, confirmando la situación.
El martes 4 de junio, Duarte, que lleva más de una década en un litigio con el Ejército, intentó ser recibido en el Ministerio de Defensa. De acuerdo a datos publicados por el diario El Observador, su insistencia se debió a que, horas antes, había recibido unas actas de calificaciones de la Dirección de Paso de Fronteras, donde está asignado pero sin poder trabajar, y estas carecían de elementos esenciales como fecha y firmas.
Al no ser atendido, interceptó el auto del ministro Castaingdebat en la calle y exigió una audiencia inmediata. Ante la respuesta del ministro de que debía coordinar la entrevista con su secretaría, Duarte lo acusó de ser “tan corrupto como sus predecesores”.
El miércoles, Duarte regresó al ministerio tras ser citado por la oficina del jefe de Recursos Humanos, coronel (retirado) Gustavo Figueredo. Según Duarte, Figueredo salió abruptamente de su oficina, le pegó un manotazo en el pecho y le gritó: “Yo a vos te voy a matar”, poniendo su cara contra la de Duarte y desafiándolo a que le pegara.
Fuentes del Ministerio de Defensa confirmaron al periodista Leonardo Haberkorn el altercado, pero contraron una versión distinta de los hechos. Según estas personas, Duarte llegó sin cita previa y, al no ser recibido, reaccionó de manera inapropiada y montó un escándalo. Tras el incidente, Duarte presentó una denuncia policial por amenazas de muerte y agresión física contra Figueredo.
Natalia Martínez, abogada y esposa de Duarte, presentó una denuncia por omisión de los deberes del funcionario público contra el coronel Mario Muñoz, responsable del órgano calificador del personal superior del Ejército. Según Martínez, Muñoz la trató de forma despectiva cuando solicitó información sobre el caso de su esposo, gritando que ella no tenía derecho a exigirle nada.
Además, Martínez presentó otra denuncia ante el Ministerio de Defensa por un presunto delito de abuso de funciones contra el comandante del Ejército Mario Stevenazzi, la abogada Carolina Grosso, y los coroneles Figueredo, Muñoz y Artigas Álvarez.
Duarte lleva más de una década enfrentado al Ejército. En 2013, siendo teniente, denunció el uso irregular de personal militar para la instalación de piscinas de la empresa Akesse y la fabricación de porteras para la carpintería de un coronel, además de contrabando de bebidas.
Aunque sus denuncias se demostraron ciertas, las sanciones fueron menores y el caso no se remitió a la justicia. Desde entonces, Duarte ha enfrentado sanciones, traslados y humillaciones.
En 2021, Duarte presentó nuevas denuncias con evidencia de contrabando y uso irregular de recursos del Ejército. Como resultado, se le impidió presentarse en su lugar de trabajo, aunque sigue recibiendo su salario.
Las investigaciones administrativas sobre estas denuncias continúan, ya que las primeras investigaciones, encomendadas a los propios denunciados, tuvieron que repetirse.
Durante estas investigaciones, el general Marcelo Pose le advirtió a Duarte que tuviera cuidado con a quién denunciaba, lo que provocó la apertura de otra investigación por una posible amenaza que aún no concluye.
El capitán Nelson Duarte, quien lleva tres años sin ingresar a su unidad militar, ha sido informado de su ascenso retroactivo a capitán desde 2017. Este ascenso, sin embargo, parece estar relacionado con las denuncias que Duarte realizó en 2013 sobre presuntas irregularidades y delitos cometidos por altos oficiales militares, incluyendo el uso de recursos militares para fines personales.
Las denuncias de Duarte incluyen contrabando de bebidas, utilización de soldados para instalar piscinas privadas y la venta indebida de cubiertas como chatarra. A pesar de la gravedad de estas acusaciones, las sanciones impuestas a los oficiales fueron mínimas y Duarte enfrentó represalias, incluyendo sanciones y traslados.
Actualmente, Duarte continúa sin poder ingresar a su unidad y se le paga el salario mientras permanece en su casa. Su abogada, Natalia Martínez, ha presentado múltiples denuncias y recursos legales en busca de justicia y transparencia. La situación, que sigue sin resolverse plenamente, destaca tensiones y posibles actos de corrupción dentro de la institución militar.
