Exactamente a las 19.00, el Parlamento Vasco ha designado a Imanol Pradales Gil (Santurtzi, 1975) como sexto lehendakari desde la aprobación del Estatuto, todos ellos varones. Formalmente, aún ha de ser nombrado por el jefe del Estado, el rey Felipe VI, y tomará posesión del cargo este sábado en Gernika, pero el cambio político en Euskadi ya es una realidad. El desconocido diputado foral vizcaíno que en noviembre respondió a la llamada de su partido para la arriesgada operación de relevar a su principal activo institucional durante doce años, Iñigo Urkullu, llega ya a Ajuria Enea con el reto de contrarrestar la creciente crítica a la gestión del PNV, que ha sufrido un fuerte desgaste electoral en las elecciones celebradas en los últimos años.
“Creo en Euskadi [...]. Acepto con honor el apasionante reto de liderar los cambios, transformaciones y mejoras que necesita nuestro país”, ha solemnizado Pradales en el debate de investidura, en el que ha logrado mayoría absoluta en la primera votación merced a la coalición de su partido con los socialistas. En concreto, ha recibido el apoyo de 39 de los 75 parlamentarios. Como dicta el reglamento, la votación ha sido nominal, de viva voz, dirigida por el secretario de la Mesa, Jon Aiartza. Sus señorías se han pronunciado sobre el futuro lehendakari por orden alfabético después de un sorteo para elegir al primero en hacerlo, que ha sido Julen Arzuaga, de EH Bildu. Después ha votado el Gobierno -los que tienen escaños, Nerea Melgosa y Javier Hurtado- y la Mesa. La alternativa de Pello Otxandiano, de EH Bildu, solamente ha recabado los 27 apoyos de su propia bancada. PP, Sumar y Vox no han apoyado ninguna opción.
Cualquier ley, presupuesto, plan o iniciativa que lleve al Parlamento tendrá garantizada su aprobación. Pradales ha mostrado que Euskadi será una excepción de estabilidad en un contexto de confrontación, polarización e incertidumbre en España, Europa y el mundo. Una Euskadi de debates “sosegados” y “entendimiento entre diferentes”, ha agregado. “Euskadi tiene que ser ejemplo de estabilidad a nivel del Estado y en Europa”, ha deseado. Además, ha tendido la mano para “ensanchar” los acuerdos. De hecho, ha tomado como ejemplo que Urkullu sacó adelante el 85% de sus leyes con apoyos de la oposición incluso pudiendo no pactar. Incluso se ha animado a enumerar puntos en común con EH Bildu, aunque luego ha criticado su “catastrofismo” y ha admitido que no se “fía” de la izquierda abertzale por haber “despreciado durante décadas” la institucionalidad y por haber apoyado el terrorismo de ETA.
Pradales, en el que ha sido su estreno en el Parlamento Vasco y su gran puesta de largo “como lehendakari”, como ha dicho él mismo, aunque llevaba trece años en las Juntas Generales de Bizkaia, se ha mostrado fluido en ambos idiomas, euskera y castellano. Se ha animado incluso con algunas frases en inglés. No ha agotado los tiempos de intervención en ninguno de sus turnos. Los nervios, eso sí, le han jugado alguna mala pasada. Los asistentes han bromeado que en vez de hablar de “delitos de odio” ha dicho “delitos de Orio”, un pueblo de Gipuzkoa que, en principio, no tiene mayores problemas de seguridad que el resto.
El lehendakari se ha dirigido de modo singular al socio de Gobierno. “Eneko, eskerrik asko. Somos diferentes pero los tiempos nos exigen unir fuerzas”, ha verbalizado. “Dos partidos, un único programa. Tenemos una hoja de ruta sin discrepancias. Eso no quiere decir que no las tengamos, sino que las hemos superado”, ha comentado también. Otro cambio muy relevante en el PNV ha sido el del portavoz parlamentario. Joseba Díez Antxustegi ha relevado a Joseba Egibar. Sin leer, ha puesto en valor que en las autonómicas el PNV fue el partido más apoyado. Ha repetido hasta la saciedad que 372.456 vascos depositaron su confianza en ellos.
La esposa de Pradales, Laura, sus hermanos y la madre del lehendakari han acudido al final de la sesión para presenciar la votación. Su reducido grupo de colaboradores, cuya función concreta a partir de ahora en la nueva Presidencia tendrá que ser definida en las próximas horas, ha asistido a toda la jornada parlamentaria, que ha arrancado a las 9.30 horas. Son Mikel Iriondo, su amigo y excolaborador en la Diputación de Bizkaia, Aimar Rico y Peru Salaburu, negociadores del acuerdo con el PSE-EE, y Nekane Zeberio y Aitziber Díez, del equipo de comunicación. Es más que probable que varios de los que serán consejeros de su gabinete estuvieran también presentes, pero los nombres de los nuevos integrantes del Ejecutivo -en el que se da por hecha una profunda renovación- no serán revelados hasta el sábado por la tarde, después del acto solemne de Gernika.
El PNV ha presentado la llegada de Pradales como un cambio generacional. Lo es. Urkullu va a cumplir 63 años y Pradales llegó a los 49 el mismo día en que se celebraron las elecciones. Sin embargo, Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe llegaron al cargo mucho antes que él. Y Patxi López tenía también 49 en su investidura. Es decir, solamente Urkullu accedió a Ajuria Enea con más edad.
Precisamente, en los pasillos ha sido muy comentado el papel de Urkullu en el día de su relevo. El lehendakari no ha acudido al inicio de la investidura. Se ha incorporado justamente cuando tomaba la palabra Pradales. En la sesión vespertina ha hecho algo parecido y se ha saltado los debates hasta la votación. De hecho, Andueza y Pradales y hasta el 'popular' Javier de Andrés han admitido que tenían palabras bonitas para él que no han podido dirigirle personalmente. Muy al contrario, los dos vicelehendakaris, Josu Erkoreka del PNV e Iñaki Arriola del PSE-EE, han ocupado sus escaños durante toda la jornada, al igual que el resto de consejeros actuales. Hace doce años Patxi López sí participó activamente en la investidura de Urkullu. Está previsto, en todo caso, que sea el propio Urkullu el que entregue la 'makila' en Gernika a quien hace varias décadas fuera su alumno en la ikastola Asti-Leku de Portugalete. Él mismo ha sido el primero en felicitar a Pradales tras la votación de investidura.