Nombres como Larry Bird, Bill Russell, Bob Cousy, Robert Parish o Kevin Garnett pueden asociarse, perfectamente, con la rica historia de una de las mejores franquicias de la NBA —circuito élite del baloncesto estadounidense y mundial—, Boston Celtics. Pues resulta que el equipo de Boston hizo algo que suelen hacer solo los grandes colectivos. Qué mejor manera de crecer su legado que ganando el campeonato y de paso convertirse en la institución más laureada de todos los tiempos en su liga profesional.
La diadema número 18, la misma que le permitió superar a Los Angeles Lakers en el acumulado histórico, llegó recientemente luego de doblegar en la final a un inspirado Dallas Mavericks mediante una (cuasi) barrida: el playoff decisivo cerró 4-1. Y en eso mucho tuvo que ver el trabajo hecho por Jaylen Brown, Jayson Tatum y Jrue Holiday, sin obviar, claro, a Derrick White, Kristaps Porzingis y el joven DT Joe Mazzulla.