Monterrey no merece ser una ciudad de maquiladoras, sino crear una industria de conocimiento, de tecnología, donde el principal activo sea el talento de su gente, afirmó el ex presidente del Tecnológico de Monterrey, Salvador Alva.
Para ello, se requieren liderazgos actuales, encaminados a formar líderes que decidan por sí mismos y ayuden a crecer las empresas, señaló durante una conferencia y conversatorio que impartió en el auditorio del Tecmilenio
Aseguró que es tiempo de cambiar paradigmas, “tenemos liderazgos literalmente muy viejos que no están jalando y por tanto no funcionan”.
Dijo que Monterrey tiene más afinidad con Texas que con Ciudad de México, tanto en cultura, progreso y emprendedurismo, pero “no podemos quitarnos ese estigma de que dependemos de una ciudad muy lejana”.
Lamentó que en general la sociedad vive un liderazgo obsoleto que quizá funcionaba hace 300 años, pero que no se ajusta a lo que se requiere en la actualidad, en un mundo con una velocidad de cambio vertiginosa y donde el liderazgo exige multiplicarse.
Las nuevas tecnologías implican nuevos retos, dijo al presentar su libro “Lo que un líder no debe delegar” en el auditorio del Tecmilenio, y donde enfatizó en las características que deben tener los emprendedores para convertirse realmente en los líderes que se necesitan en el mundo empresarial.
“El líder tradicional tiene miedo de tener trabajando gente mejor que él y termina teniendo subordinados y eso genera jefes, pero no personas con liderazgo para resolver los problemas de la humanidad”, expresó Alva.
La velocidad y el cambio obliga a reinventar el liderazgo y se tiene que ir más rápido para no quedar fuera, sin embargo, hay una crisis fuerte en ese sentido y la muestra está en que muchos directores generales tienen un promedio de sólo 5 años en sus puestos, tras lo cual deben salir.
“No han entendido que la labor del líder es formar líderes, porque el ser jefe no garantiza ser un líder”, enfatizó.
En su libro, Alva menciona que un buen líder se anticipa al futuro, atrae y desarrolla el talento de otros y modela la cultura de la organización.
Alva recordó empresas grandes con excelentes líderes, como Apple, cuyo valor es mucho más alto que el que podría tener por sus activos, pues su principal capital es su gente y el talento que tiene.