La sangre que fluye por las venas de
Leo Climent (Alicante, 18 años) tiene a las
artes marciales mixtas como
núcleo principal. Un torrente sanguíneo, el de su cuerpo, forjado de un matrimonio de dos apasionados al deporte y a las disciplinas que lo componen. Con una madre
cinturón negro en jiu jitsu brasileño y un padre escultor y responsable de esbozar al
mejor artista marcial mixto que jamás haya representado a España, el peleador carga una mochila en la que no sólo porta
el recorrido de sus progenitores, sino
la historia y el legado de un
apellido que ha marcado su rúbrica a fuego en la historia del deporte nacional con la épica conseguida en febrero de la mano de Ilia Topuria.
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