Portugal tuvo que sudar mucho para no convertirse en la segunda favorita que caía en su estreno después de Bélgica. Hasta casi el último minuto del descuento no pudo gritar el triunfo la selección lusa, que confirmó lo que decía en la previa Roberto Martínez, que necesitaba tres partidos para estar a tope. No fue esta Portugal la que se coronó en la Eurocopa de 2016 a base de recetar un tostón tras otro desde la primera fase hasta los cruces. Empates, prórrogas, penaltis firmó para levantar el título aquel equipo de Fernando Santos, que no era precisamente un amante del fútbol ofensivo.
La idea de Roberto Martínez es otra, aunque para empezar el torneo puso una defensa de tres centrales que no suele utilizar. Por delante de ellos, eso sí, mucho talento, con Vitinha buscando la verticalidad al lado de Bruno Fernandes y Bernardo Silva. Además, el desborde de Rafael Leao, que fue el primero en mover el árbol. Lo que pasa es que el árbol checo es de tronco fuerte, y Stanek le negó tres veces el gol a Cristiano Ronaldo antes del descanso. El portero y los centrales sostuvieron a los checos, hasta que... el portero y un central, Hranac, se combinaron de manera fatal para hacer el empate de Portugal en propia portería. Antes había marcado Provod en el primer y único disparo entre palos de su equipo, eso sí, un lanzamiento perfecto desde la frontal del área que cogió la dirección perfecta y acabó tocando la madera antes de entrar y hacer inútil la estirada de Diogo Costa. Se le complicaba definitivamente la noche a Portugal, que se alivió con el tanto en propia puerta del rival y que creyó que había llegado a la orilla cuando Cristiano cabeceó un centro bombeado al palo y Diogo Jota aprovechó el rechace para marcar. A CR7 le sobró el hombro izquierdo, justo el que estaba en fuera de juego, así que el VAR apagó la fiesta lusa.
Un desahogo que llegó casi al final, después de un triple cambio de Roberto Martínez. Dos de esas sustituciones fabricaron el gol del triunfo, con una carrera por la banda y un centro de Pedro Neto, y el remate de Francisco Conçeicao, que aprovechó un intento de despeje ridículo de Hranac. El goleador, futbolista del Oporto, tiene 21 años, veinte menos que Pepe, que se convirtió en el futbolista más veterano en jugar una Eurocopa, además de ser el jefe de la defensa. Hizo historia con su récord, como quiere hacer Cristiano marcando en su sexta Euro. Lo rozó en el estreno y lo intentó tanto como siempre, porque los años pasan, pero Cristiano es el mismo. El botín lo encontró un chaval, que evitó un sofocón el primer día para uno de los gallitos del torneo.