La Toscana es una de las regiones más idílicas desde Europa. En España se tiene una imagen completamente bucólica de esta zona de Italia, gracias a ciudades de una belleza incomparable y a sus eternos campos. La impresionante belleza de Florencia, capital del Renacimiento, incluso puede provocar el llamado Síndrome de Stendhal, llamado así porque el escritor de Rojo y negro entró en un estado casi astral cuando la visitó.
Aunque el antiguo hogar de los Médici es sin duda la ciudad más visitada de la Toscana, en la región italiana hay otros muchos lugares que se deben visitar. Uno de ellos, a menudo eclipsado por la propia Florencia, es la ciudad de Siena, la capital medieval de la zona y una de las urbes más espectaculares de toda Italia, y es que adentrarse en ella es trasladarse inmediatamente a la Edad Media.
No se puede comenzar el viaje a Siena en otro lugar que no sea su Piazza del Campo, el centro neurálgico de la ciudad y el mejor ejemplo de la importancia que tuvo esta ciudad en el Medievo. Este enclave en forma concha está rodeado de edificios imponentes, como el Palacio Comunal y su altísima Torre del Mangia, que se levanta imponente sobre el resto de construcciones, o la preciosa Fonte Gaia. Además, tiene cierto desnivel, lo que hace de esta plaza un lugar incluso más especial.
La Piazza del Campo también es el escenario de una de las carreras más peculiares del mundo. Cada año, el 2 de julio y el 16 de agosto, se celebra en ella el llamado Palio de Siena, una carrera de caballos de origen medieval que atrae a miles de visitantes cada año. Por lo tanto, si estás en la ciudad alguno de esos días, no dudes en acercarte a la plaza para vivir un espectáculo único en el mundo.
Tras contemplar la belleza de la plaza desde el Mirador Panorama y recorrer sus estrechas calles, hay que dirigirse a la magnífica catedral de Siena, un espectacular templo que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto al centro histórico de la ciudad. Erigida en el siglo XIII, combina el estilo románico y el gótico, aunque lo más extraordinario está su interior: la Biblioteca Piccolomini es un museo repleto de mosaicos y frescos que deja perplejo a cualquiera.
Además, tampoco puedes dejar de visitar el precioso baptisterio que se encuentra a solo unos metros, así como la imponente Basílica de Santo Domingo ni el Castillo de Santa Bárbara, desde donde se obtienen unas vistas privilegiadas de la catedral. Todos estos enclaves de Siena son un verdadera maravilla, aunque a pocos kilómetros de la ciudad, en plena Toscana, hay multitud de pueblos de igual belleza y que son perfectos para hacer una ruta y conocer más esta increíble región.
A apenas media hora en coche desde Siena se encuentra el precioso pueblo de San Gimignano, declarado Patrimonio de la Humanidad y famoso por su gran cantidad de torres medievales. Sus estrechas calles están repletas de estas altísimas construcciones, de las que tan solo quedan apenas una docena (de las 72 que llegó a haber). Cada una pertenecía a una familia importante, y dotan de un aspecto majestuoso a esta localidad de apenas 7.000 habitantes.
A este de San Gimignano, a solo 26 kilómetros, se encuentra otro de los municipios más bonitos de la Toscana: Monterrigioni, un minúsculo pueblo fortificado en el que viajarás directamente a la Edad Media gracias a sus murallas perfectamente conservadas, y a los preciosos edificios y plazas que siguen en pie intramuros. Por último, tampoco te puedes perder Volterra, otra pequeña localidad medieval situada a una media hora de Siena y que, como curiosidad, fue escenario de varias escenas de la película Crepúsculo.
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