El reconocimiento del Estado de Palestina supone una grave decisión errónea de la política exterior de España. Tomada por ignorancia o maldad, pregonada como «gran avance histórico», sólo es propaganda electoral interna para ocultación de corrupciones y nepotismos varios. Este Gobierno, tras abandonar a los saharauis, se erige en salvador de los palestinos, y esgrime tres razones: «Por justicia, por coherencia, y por la paz». Son tres motivos falsos. Según Ulpiano, la justicia consiste en dar a cada uno lo suyo. Una decisión inoportuna y unilateral que desconoce los antecedentes históricos y lo que cada parte pretende o arriesga, en realidad aviva el fuego del conflicto. El momento de adoptar una decisión puede hacerla poco efectiva, inútil, contraproducente, o absolutamente...
Ver Más