Una de las necesidades de la sociedad es lograr la participación plena de los ciudadanos en las diversas actividades de carácter social, cultural, político o económico. En el campo económico, destaca la inclusión financiera, que se puede concretar utilizando medios digitales entre los que destacan las fintech, las billeteras digitales y las plataformas de pagos digitales. La seguridad y la confiabilidad de los medios digitales se sustentan en el espectacular desarrollo tecnológico actual.
La inclusión financiera digital permite a los ciudadanos acceder al sistema financiero, conformado por diversas instituciones crediticias. Visibiliza a los usuarios dándoles una identidad financiera con el objetivo de que sean sujetos de crédito y realicen sus transacciones con facilidad y seguridad.
Hasta hace poco, las billeteras digitales actuaban como estancos; es decir, no interactuaban entre sí, sus usuarios no podían hacer transacciones financieras de una a otra. En ese sentido, el Banco Central de Reserva exhortó a la Cámara de Compensación Electrónica a establecer la interoperabilidad entre las diferentes billeteras digitales, lo que permite que sus usuarios puedan realizar transacciones financieras. Los resultados fueron positivos, logrando expandirse y popularizarse su uso en diversos pagos de menor cuantía.
El gran salto cuántico que como Estado debemos dar para consolidar la inclusión financiera digital es que el Banco Central de Reserva establezca una plataforma de pago único que tenga una infraestructura digital pública, que permita hacer las transacciones financieras y pagos sin ninguna restricción. Su impacto sería la disminución de la informalidad y el incremento de la presión tributaria. Para ello, debe aprender de las mejores prácticas, haciendo un benchmarking con las buenas prácticas que se vienen haciendo en la India, China y los tigres del Asia Pacífico.