Ha sido decir la ministra de Hacienda que el concierto fiscal de Cataluña es una línea roja para el Gobierno y oírse por todo el país un coro de risas, empezando por las de los dirigentes separatistas. Sostiene Sánchez, y María Jesús Montero ratifica, que se ofrecerá una financiación «singular» para pactar la investidura de Illa, pero que el régimen especial -léase trasunto del sistema vasco- no es factible porque la Constitución lo imposibilita. Más carcajadas entre el respetable y una voz en el gallinero que apostilla: exactamente igual que la amnistía. Nadie en España duda de que habrá concierto, y cupo, y Hacienda propia y lo que haga falta si el acuerdo con Esquerra lo necesita. Y llegado el...
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