Con el eco del veranillo que se viene, –verbenas, gazpachos y olor a crema solar– y la bendita inconsciencia de julio, Moncloa pretende ajustarle las tuercas a la prensa y a los jueces, que son los dos poderes que le quedan a la democracia de mi Españita. Vamos, esperanzados, a los sanfermines y lo que viene después, y al volver Dios sabe qué país nos habrá dejado el gobierno 'sanchitrumpivariano', monstruo final de los populismos de Europa , mezcla de Venezuela, de la urna detrás de las cortinas de Ferraz y de Mar-a-lago. Quince días les dio el sanchismo a los jueces para asaltarlos y haciendo la cuenta me sale que a la hora en que los doblegue, estaremos en...
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