Hace falta remontarse diez años atrás para encontrar el último gran acto de Estado que generó consenso entre Gobierno y oposición. Hablamos de la abdicación de Juan Carlos I en favor de Felipe VI; un proceso que se cocinó a fuego lento, derivado de la erosión de la Corona en los últimos años de reinado del hoy emérito, y la necesidad de renovar la institución ante unos tiempos que abrían nuevos escenarios políticos. Un proceso que, además, aunó los esfuerzos colectivos de la Casa Real, del Gobierno dirigido por Mariano Rajoy -con Soraya Sáenz de Santamaría como vicepreside ...