Otra semana más del sainete de las monjas de Belorado. La tragicomedia dura ya más de un mes. Va una visitadora y no logra entrar al cenobio. Unos curiosos tratan de colarse intramuros, por lo que se reclama la presencia de la Guardia Civil. Las clarisas insurrectas denuncian que los bancos les han retirado la firma y no pueden operar con sus cuentas sin que fiscalice los movimientos el Arzobispado, salvo pago de gastos básicos y nóminas de empleados. Que debe haberlos. Muy poco edificante la historia. No conviene tener ahora un Palmar de Troya en versión castellana, y menos en pleno Camino de Santiago. Hagamos las cosas con la sobriedad propia de esta tierra, no un show que parece...
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