Parece que el país lo aguanta todo. Que no gobernar no pasa factura y que Pedro Sánchez puede seguir sentado en el sillón de La Moncloa dedicándose a meterse con Alberto Núñez Feijóo sin aprobar Presupuestos, leyes ni reformas. Hay quien piensan que incluso es mejor así. «Mejor que no gestionen, que no toquen nada porque todo lo empeoran». Pero estar paralizado cuando los demás países avanzan tiene precio. La dimisión de Wayne Griffiths , el presidente de los fabricantes de coches, es un hecho sintomático. Griffiths –un reputado ejecutivo no solo en España sino a nivel europeo y completamente apolítico– ha dejado su cargo al desesperar por la parálisis en la que ha entrado el Gobierno con los coches...
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