Escribo mientras calienta la Roja , con lo que no sé si la primera jornada nos ha ido bien o mal. Me da igual. Lo que ahí quiero dejar en pie, en medio del domingo, es la ilusión por un rato de muchos ratos de fútbol, mientras el país entero se resuelve en un país único, bajo el ánimo de la esperanza, que tiene, en efecto, el color unánime del rojo, el tinte vitalísimo de la Roja. Hubo un tiempo en que los chavales de Del Bosque fueron el copón. Ojalá podamos lograr algo grande, de nuevo, y lo celebramos luego en la plaza del pueblo, en el bar de la esquina, con el corazón loco y un cubata bien...
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