El debate sobre el derecho al aborto ha vuelto a la escena política. El giro comenzó en junio de 2022 con la sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos que anulaba el histórico fallo Roe vs Wade de 1972 , que reconocía el derecho constitucional de las mujeres al aborto y lo legalizó en todo el país. Recientemente era Macron, quien, desde la otra orilla del océano y diversa visión política, promovía que el Congreso nacional francés blindara constitucionalmente el aborto, e incluso promovía que la Eurocámara siguiera sus pasos. Ahora, el debate llega hasta la reunión del G7 en Italia, en Estados Unidos puede ser clave en la próxima campaña electoral , y el parlamento brasileño estudia equiparar su pena, en algunos casos, a la del homicidio. De hecho, el tema ha ocupado buena parte de la cumbre del G7, por encima de los numerosos temas geopolíticos espinosos que están en la agenda de los siete países más industrializados. El hecho de que Giorgia Meloni, haya conseguido que la palabra 'aborto' no figure explícitamente en el comunicado final del G7, ha molestado profundamente a Emmanuel Macron. Noticias Relacionadas estandar No Meloni elimina el derecho al aborto de la declaración conjunta del G7 Ángel Gómez Fuentes estandar Si Tensión en el G-7 Macron y Meloni no disimulan su rivalidad en la cumbre Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma Para el Gobierno de Meloni, la palabra aborto constituye un tabú y ha hecho todo lo posible para que en el comunicado no se incluya. Al final con las negociaciones de la diplomacia se ha llegado a un compromiso. Aunque el término no figura en la declaración, sí se da un apoyo a los objetivos del comunicado del G7 del pasado año en Hiroshima , Japón, donde se pedía el «acceso al aborto seguro y legal y a la atención postaborto». Ahora los siete grandes se limitan a señalar su compromiso con «promover la salud y los derechos reproductivos para todos, e impulsar la salud materna de los niños pequeños, los niños y los adolescentes ». Un frase en la que, según fuentes diplomáticas italianas, está implícita la declaración de Hiroshima. «Está claro –añaden– que cuando se hace una nueva declaración no se copia lo que ya se hizo». Medios italianos consideran que Meloni ha querido enviar una señal, hacer un guiño al Papa Francisco, gran protagonista de la cumbre ayer viernes. De hecho, el cuñado de Meloni, Francesco Lollobrigida , ministro de Agricultura, ha declarado que «con el Papa Francisco en el G7 no sé si era apropiado mencionar el aborto». Cabe recordar que el Parlamento italiano aprobó en abril, en medio de una gran polémica, la presencia de voluntarios de la Asociación Pro Vida dentro de las estructuras sanitarias donde se realizan los abortos. Emmanuel Macron reaccionó con irritación, deplorando la posición de Italia, en una declaración a un periodista antes de la cena de gala: «Francia tiene una visión de igualdad entre mujeres y hombres, pero no es una visión compartida en todo el espectro político. No tenéis la misma sensibilidad en tu país [Italia]. Lo lamento», dijo Macron. La dura réplica de Giorgia Meloni no se hizo esperar: «Creo que es profundamente incorrecto, en tiempos difíciles como estos, hacer campaña electoral utilizando un foro precioso como el G7». En la campaña de EE.UU. El presidente estadounidense Joe Biden , presente en la cumbre, también se ha opuesto a la posición de Meloni. La protección del acceso al aborto es una de las grandes bazas electorales de Joe Biden y hace unos días, no quiso que la nueva sentencia del Tribunal Supremo que deja intacto el uso de pastillas abortivas –el método de aborto que se usa en más del 60% de los casos en EE.UU.– enfriara la movilización a favor del aborto que necesita para mantenerse en la Casa Blanca. «Seamos claros: los ataques a los fármacos abortivos son parte de la agenda extremista y peligrosa de los representantes republicanos para prohibir el aborto a nivel nacional», añadió el presidente de EE.UU. Mientras, su rival en las presidenciales de este noviembre, Donald Trump , no se pronunció de forma pública. El expresidente es consciente de que la regulación dura contra el aborto puede provocar una sangría en el electorado femenino y entre los republicanos moderados, pero tampoco puede irritar a las bases conservadoras, uno de los pilares de su movimiento político. Pero sí habló de puertas adentro. Según 'Axios', Trump pidió a los legisladores y candidatos republicanos que hablen «correctamente» sobre el aborto, una indicación de que no adopten posiciones extremistas que perjudiquen a todo el partido –y, sobre todo, a él mismo– en las urnas. El expresidente ya lamentó, también de puertas adentro, la sentencia del Supremo de 2022 que tumbó las protecciones federales en el acceso al aborto y que tuvo un coste político en las elecciones legislativas de aquel año. Trump fue clave en lo ocurrido –el tribuna tiene una mayoría conservadora gracias a los magistrados que propuso como presidente– y ahora ha advertido a los legisladores de los «costes» de mantener esa línea. Parte de los republicanos apoyan la tramitación de una prohibición del aborto a nivel nacional, algo a lo que Trump se ha opuesto y ha defendido que la decisión debe quedar a nivel estatal.Todo esto es combustible para la campaña de Biden, que sufre para movilizar a su electorado con un líder al que se le considera demasiado mayor y falto de energía para un segundo mandato. Sin respuesta de Lula Mientras, miles de personas han salido a la calle en las principales ciudades de Brasil para protestar contra un proyecto de ley que equipara con el homicidio la pena impuesta a quien practique un aborto a partir de la semana 22 de embarazo, con condenas de entre seis y 20 años de prisión. Actualmente, la legislación permite la interrupción del embarazo en caso de violación, peligro para la vida de la madre y malformaciones graves, independientemente de la semana de gestación. Según la legislación vigente, fuera de esta casuística, el aborto se castiga con penas de entre uno y tres años de cárcel. La Cámara de Diputados ya ha dado su visto bueno a la tramitación urgente de la ley , lo que implica que el texto puede ser votado directamente en el pleno sin que pase previamente por las comisiones. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva , de gira por Europea, dijo el jueves que abordaría el asunto cuando regrese al país. Sí se ha expresado este viernes la primera dama, Rosangela da Silva, quien ha reprochado a los propulsores del texto estar atacando con esta norma la «dignidad» de mujeres y niñas.
