La asociación de defensa del patrimonio Hispania Nosta ha incluido en su Lista Roja del Patrimonio al Molino de Calancho de Los Navalmorales ( Toledo ), debido al mal estado de conservación del inmueble, que corre el riesgo de desaparecer . Se trata de un molino de arroyo, uno de los casi 300 molinos de la provincia de Toledo que además conserva la captación, el canal, la represa, el receptor y el cárcavo, aunque la sala se encuentra ya destechada, informa la asociación en su página web. Los molinos hidráulicos fueron las primeras máquinas que ahorraron trabajo físico al ser humano. Mejorando su rendimiento en el curso de los siglos, desde el molino de rodezno se llegó al molino de regolfo y, cerrando la cuba de éste, se consiguió la turbina, que más tarde originaría el generador eléctrico y por tanto la revolución industrial. En cuanto a su cronología, se sabe que en el arroyo Navajata no aparece molino alguno hasta casi mediados el siglo XIX pues ni en las Relaciones de Felipe II de Navalmoral de Toledo o Lugarnuevo ni en las de Navalmoral de Pusa aparecen referencias a ellos, mientras que sí se alude a los molinos y batanes del río Pusa o a los del río Cedena a su paso por el término. Noticia Relacionada estandar No Las ferrerías de San José del Mazo, en Los Navalucillos, entra en la Lista Roja de Hispania Nostra ABC En 1844, José Safont compró un molino a las orillas del Pusa y construyó un complejo metalúrgico Pero sí hay, sin embargo, alusiones a seis molinos en el Diccionario de Madoz de 1845, de los que debido a ese elevado número referido puede que alguno de ellos se tratara del molino de Calancho. En el arroyo Navajata existen restos de tres molinos de los que éste es el mejor conservado y ocupa el segundo lugar en el cauce. Desde el punto de vista de su arquitectura popular tiene un gran interés, pues desde la presa molinera y la posterior represa, el agua discurre por un curioso canal elevado hasta el receptor. Dicha conducción está completamente realizada en granito, material abundante en su entorno. Su estructura se levanta con grandes bloques que conforman el canal y que se sustentan sobre pilares de mampostería de bloques pétreos del mismo material. Unas largas piezas rectangulares de granito forman también los laterales del canal al que en algunos lugares se ha aumentado su altura mediante mampostería sobre el borde. El canal que viene desde la presa o azud desemboca en una represa anterior al receptor que, además de para aumentar el caudal disponible necesario para la molienda, parece haberse utilizado como reservorio de agua para utilizarla en el regadío de los prados y huertos cercanos. El receptor del agua es del tipo denominado «de rampa» ya que el agua se precipita por un plano inclinado hacia el saetillo sin que se acumule previamente en un depósito, como sí que sucede en los molinos de cubo. Tiene esta rampa el valor de estar fabricada mediante muy buena sillería que en su embocadura está precedida por una entrada también granítica. En el cárcavo, adintelado con bloques graníticos, no parecen conservarse restos del rodezno o de otras estructuras. La sala del molino está hecha de mampostería y al encontrarse destechada, el artificio corre el riesgo de total destrucción. Se conserva la piedra «solera» pero la «volaera» se encuentra partida.