El rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, ha recalcado este martes su intención de volver a actuar si la acampada pro Palestina intenta entrar en las dependencias universitarias. Durante una entrega de premios en la facultad de Económicas, Miguel Ángel Castro ha dicho que la universidad no es una broma y que no va a consentir que se altere el normal funcionamiento de la actividad . «Podemos tener veinticinco asaltos y no lo vamos a permitir. Llamar a las Fuerzas de seguridad es lo razonable en estas situaciones. Si hoy nos asaltan otro espacio llamaré otra vez a la Policía . La Universidad de Sevilla no va a permitir que unos individuos que no se quienes son entren por una calle y salgan por otra», ha dicho. El desalojo de la acampada pro Palestina de la Universidad de Sevilla en la madrugada del pasado martes ha provocado un conflicto entre profesores que rechazaron ayer la actuación policial y los métodos utilizados. Todo comenzó cuando después de un mes acampados en la hierba que hay frente a la fachada del Rectorado en la antigua fábrica de tabacos en la calle San Fernando, los activistas decidieron colarse en el decanato de Filología. Sin embargo el rector Miguel Ángel Castro decidió llamar a la Policía para que los desalojara. Lo hizo porque, según argumentó tras el desalojo, estaban «limitando de formar progresiva la actividad y el movimiento en el campus». Castro insistió en que no permitirá que «individuos aislados marquen nuestro rumbo» y dio orden no sólo de desalojar a los estudiantes del interior del Decanato, sino también de la hierba donde se habían instalado. La actuación de antidisturbios se produjo al filo de las doce de la noche y las imágenes difundidas por los activistas mostraron escenas de tensión, con forcejeos en una puerta y porras. Además, según la acampada, un joven se cortó en el brazo. Sin embargo el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, defendió la actuación de los antidisturbios asegurando que era «proporcionada» y correcta y justificándola en que se estaba impidiendo la actividad académica. El resultado de esta actuación provocó que el edificio de la calle San Fernando además de blindado con agentes de seguridad, apareciera se cerrara a cal y canto. No se podía entrar por ninguna puerta. Sólo se permitió el paso a los estudiantes, algunos de los cuales tenían exámenes que previamente debían identificarse con su DNI . La actuación provocó el enojo de un buen número de profesores, algunos de ellos defensores de la causa pro Palestina. Varios de esos profesores se concentraron frente a la verja cuestionando los métodos de «matón» y la actuación «autoritaria» del rector. Entre los que estaban allí y que pidieron incluso la dimisión de Castro estaba la catedrática Adela Muñoz, catedrática y candidata a rectora en 2016 o la profesora de Filología, Teresa López, quienes recordaron al rector que la universidad es un espacio de debate. El cierre del edificio obligó a la hermandad de los Estudiantes a suspender ayer sus misas.
