El domingo, hora y media antes de conocerse los resultados, la portavoz del PSOE atendía a los medios vendiendo con entusiasmo su gran resultado. Se entendía que ella conocía el escrutinio y no podía disimular su alegría. De ahí a las once de la noche, esos medios asumieron el marco del empate; y ya no salieron de ahí en toda la noche por inercia, a pesar de los cuatro puntos de margen en la victoria del PP, un triunfo aplastante que, salvo el momento estelar de Ciudadanos en 2019, no se veía desde el siglo XX. Pero el PSOE, una vez más, exhibió su talento para vender un 'relato'. Los derrotados transmitían su éxito (sólo al final mostraron cierta debilidad...
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