Tras poner en marcha su arriesgada apuesta con el anticipo electoral, la hipótesis de una eventual dimisión de Emmanuel Macron circulaba en medios de comunicación. El presidente ha querido dejar claro en Le Figaro que no va a dimitir «sea cual sea» el resultado electoral. «No es el RN [Reagrupamiento Nacional, la formación de Marine Le Pen] quien escribe la Constitución. Las instituciones son claras y el lugar del presidente también sea cual sea el resultado», ha querido zanjar Macron, que se ha reafirmado 48 horas después en haber tomado «la buena decisión». Además, el mandatario ha adelantado que acude a las urnas «para ganar» y con la intención de «clarificar» posiciones, algo que está suponiendo un auténtico cisma en la derecha francesa.
Macron tiene previsto este miércoles una gran conferencia en la que va a desgranar su hoja de ruta de cara a las legislativas y va a marcar el tono de la campaña. Según su entorno, el mandatario pretende explicar a los franceses de forma clara y contundente el programa con el que acudirá a las urnas a doble vuelta el 30 de junio y 7 de julio.
El mandatario tiene la intención de ampliar su hipercentro con caras de otras familias. El cisma que vive la derecha por un eventual pacto con Le Pen podría llevar a nuevas caras de LR al macronismo pero también desde el Partido Socialista o los ecologistas. Ya en la anteriores legislativas hubo voces críticas dentro de estos partidos por la alianza con la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon.
La hipótesis de una eventual dimisión del jefe del Estado había tenido eco en redes sociales con la teoría de volver a presentarse en 2027 en las presidenciales, ya que la constitución impide un tercer mandato seguido. Distintos especialistas han explicado en medios sus dudas respecto a esta posibilidad, finalmente zanjada con las declaraciones de Macron.
La disolución de la Asamblea Nacional ha sido un fantasma constante desde las últimas legislativas de junio de 2022 en las que Macron perdió su mayoría absoluta con la que había ejercido un rodillo parlamentario durante todo su primer mandato. Desde entonces, la parálisis y lo complicado de articular mayorías para sacar adelante las reformas del Ejecutivo han sido casi una constante. Los pactos con Los Republicanos se han hecho costosos y difíciles incluso en reformas que los favorecían como la de las pensiones en 2023 que costó un complicado ciclo de huelgas y movilizaciones.
El recambio de primer ministro de la tecnócrata Élisabeth Borne al joven Gabriel Attal el pasado mes de enero iba destinado, por un lado a articular esas mayorías para poder reconducir la agenda de reformas y por otro a plantar cara a la ultraderecha de cara a las europeas. El resultado ha sido un varapalo en las urnas. Las peticiones de la oposición de izquierda y ultraderecha para esa disolución también ha sido una constante en este segundo mandato de Macron. El salto al vacío que supone esta jugada política se producirá a tan sólo 20 días del inicio de unos Juegos Olímpicos que harán de París la vitrina del mundo.