A pesar de todos los avances en el conocimiento, en planificación deportiva, en equipamiento, en formación y cualificación de las personas dedicadas a la nutrición y el ejercicio; parece tarea imposible el conseguir que todas las partes del cuerpo luzcan a gusto de cada cual. Un michelín que no se elimina, una zona muscular que no se desarrolla como el resto, determinadas descompensaciones… Parece que la perfección no existe o requiere de un quirófano donde cincelar cuerpos 'a la carta', pero ¿es posible moldear de manera natural el cuerpo a nuestro antojo según el gusto individual? Aunque no sea tu objetivo ni te parezca estético, es en el mundo del culturismo, donde quizás podamos encontrar una respuesta a esta pregunta. En esta disciplina el objetivo es el de buscar el desarrollo más simétrico y marcado posible, no vale solo con el volumen. Pero, ¿realmente pueden esculpir sus cuerpos aislando partes tan específicas de un músculo? Hipertrofia súper localizada ¿es posible? La idea de si es posible o no enfocarse en áreas específicas de un músculo ha sido muy cuestionada durante años. Muchos expertos en el campo del entrenamiento de fuerza creen que una vez que un músculo ha sido estimulado para que se contraiga, todas las fibras que componen ese músculo responden de manera uniforme, lo que significa que cualquier crecimiento será proporcional en todo el grupo muscular. Según estas teorías, tiene muy poco sentido la idea de que puedes activar diferentes áreas del mismo músculo simplemente variando los tipos de ejercicios que haces. Hay otro bando que afirma que sí se puede trabajar en zonas específicas de un músculo llegando incluso a alterar su forma. Así lo afirmó un estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning Reserarch en el cual se demostraba que: 1- Un músculo individual no puede describirse simplemente como un conjunto de fibras musculares que van desde un punto a otro. 2- Sus pruebas mostraron que se puede reclutar selectivamente diferentes segmentos de un músculo dependiendo no solo del tipo de ejercicio que haga, sino también de cuánto peso utilicemos. 3- No existe un único ‘mejor ejercicio’ que pueda maximizar el potencial de crecimiento de un músculo en concreto. Para entender mejor los hallazgos de este estudio, vamos a agruparlos en tres áreas principales: tipos de fibras, la compartimentación del músculo esquelético y los estudios de electromiografía (EMG). 1 TIPOS DE FIBRAS Hay dos tipos básicos de fibras musculares, las de contracción lenta y de contracción rápida. Tienen propiedades muy diferentes. Las fibras de contracción lenta, o tipo 1 , son sus fibras de resistencia . Son altamente oxidativas (dependen del oxígeno como fuente principal de combustible), no desarrollan mucha tensión y son extremadamente resistentes a la fatiga. Las fibras de contracción rápida o tipo 2 , que se subdividen en dos grupos diferentes: fibras glucolíticas oxidativas rápidas (FOG, del inglés fast oxidative glycolytic) o tipo 2a, y fibras glucolíticas rápidas (FG) o tipo 2b . Las fibras FOG tienen una alta capacidad para el trabajo anaeróbico. Estas son las fibras más utilizas durante actividades como el baloncesto, fútbol, o las carreras de media distancia por ejemplo. Tus fibras glucolíticas rápidas son tus pequeñas fuentes de energía, son las ‘pilas’ que marcan la diferencia en las pruebas o deportes más explosivos, como puede ser una carrea de cien metros o un levantamiento de halterofilia. Se contraen con fuerza y rapidez, pero se fatigan también con la misma rapidez. Aunque este resumen tiene cierta simplificación sirve para explicar los propósitos de este artículo. 2 COMPARTIMENTACIÓN MUSCULAR Con compartimentación muscular nos referimos al hecho de que un músculo se puede dividir en varios segmentos distintos dependiendo de qué manera se activa por su sistema nervioso. Un buen ejemplo sería el de nuestros trapecios, el gran músculo en forma de cometa que comprende un área importante de la parte superior de nuestra espalda. Debido a la forma en que se adhiere al esqueleto, el trapecio se puede dividir en tres regiones separadas (superior, media e inferior), cada una de las cuales se puede aislar mediante un ejercicio particular. Por ejemplo, mientras que un ejercicio como los encogimientos de hombros afectará la región superior, un movimiento de remo apuntará de manera más efectiva al segmento medio de los trapecios. Finalmente, un jalón lateral, que requiere tensión de los omóplatos, trabajará mejor el segmento inferior del músculo. Este es solo uno de los innumerables ejemplos de por qué es importante incorporar una variedad de ejercicios en tu rutina para garantizar el desarrollo más completo posible. 3 ELECTROMIOGRAFÍA O EMG Un electromiograma es una prueba que consiste en el registro gráfico de la actividad eléctrica producida por los músculos esqueléticos. Hay numerosos estudios que han utilizado esta técnica para determinar las acciones de los músculos que rodean una articulación en particular. Para entender las conclusiones debemos saber que la EMG mide la actividad eléctrica de un músculo tanto en reposo como cuando se contrae. El hecho de que muchos músculos no muestren una respuesta EMG uniforme durante ciertos ejercicios sugiere que hay una respuesta específica de la región al ejercicio de fuerza. Por ejemplo, un estudio mostró que después de seis meses de hacer extensiones de piernas, los sujetos demostraron un aumento del 19 % en tamaño tanto en la región superior como en la inferior del cuádriceps, pero solo un aumento del 13 % en la parte media del músculo. Otro estudio similar realizado en la parte superior del cuerpo encontró que 12 semanas de entrenamiento de tríceps produjeron crecimiento significativo en la porción media del músculo prácticamente sin cambios en ningún otro lugar. ¿Qué importancia tiene toda esta información? Probablemente muy poca. Este tipo de estudios y de conclusiones son relevantes, pero hay que poner en contexto el alcance de sus conclusiones ¿Eres una persona que ha decidido dedicarse al culturismo a niveles de competición? En ese caso será muy importante que tengas en cuenta estos temas. Si formas parte de ese enorme grupo de ciudadanos medios que hace ejercicio regular varios días a la semana con el fin de mantenerte en forma, el desarrollo muscular de una zona muy específica de tu cuerpo te importa casi nada, salvo que (destacable excepción) haya algo que te esté ocasionando un dolor o una descompensación que a la larga acabe provocando un problema mayor. Un ejemplo de este último punto es un área muscular concreta debilitada por haber tenido una lesión que nos haya obligado a dejar una zona inmovilizada o sin posibilidad de entrenar durante mucho tiempo. Salvo que tus objetivos sean muy específicos, poner una atención extrema a determinados detalles solo va a llevarte a perder tiempo, o lo que es más grave, olvidar lo fundamental. De verdad, no tiene sentido que te apuntes a un gimnasio y tus primeros pasos sean combinar decenas de ejercicios localizados. Empieza teniendo siempre como base los grandes movimientos compuestos, y luego lo demás.