Alcohólicos Anónimos (AA) celebró el lunes su 89° aniversario en el Teatro Soho Club (Madrid), donde, tal y como adelantó Confidencial Digital, anunció la crisis sin precedentes que atraviesa actualmente la organización.
Después de las intervenciones del doctor Gabriel Rubio, jefe de Psiquiatría en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, y de Manuel Noriega, psicoanalista y psicólogo, –ambos reconocieron la efectividad de las reuniones de AA para la curación del adicto– varios integrantes de la asociación contaron su experiencia y todos coincidieron en que compartir y escuchar a compañeros que han pasado por la misma situación les ha salvado la vida.
Pero uno de ellos, el más veterano, quiso ir más allá y clausuró el acto con un mensaje de denuncia que no pasó desapercibido entre el centenar de asistentes que se encontraba en la sala.
"Los reuniones se están convirtiendo en talleres de adoctrinamiento", lamentó. El veterano desveló la intromisión del Modelo Minnesota, un sistema de tratamiento de adicciones basado en el Programa de los Doce Pasos (creado por los fundadores de AA norteamericanos William Griffith y Robert Holbrook en 1935), que se utiliza en algunos centros de desintoxicación.
Cabe recordar que algunos de los pasos que figuran en el programa son: admitir importancia ante el alcohol, creer en un poder superior, decidir confiar en ese poder, hacer un inventario moral, admitir los errores, estar dispuestos a corregir los defectos, pedir ayuda para corregir los defectos…
Aquellos que lo aplican, según señaló el veterano, "adoptan posturas autoritarias y rompen con los principios de igualdad entre los miembros" de la organización.
El veterano destacó la buena acogida que obtuvo de la asociación cuando acudió por primera vez a una reunión hace 36 años. Desde entonces, se ha mantenido sobrio. "Los encuentros siempre se han basado en la comprensión mutua".
Según su relato, estuvo un tiempo sin ir a las reuniones porque ya había superado su adicción al alcohol, pero cuando su madre cayó enferma decidió recurrir de nuevo a uno de los grupos de AA para desahogarse.
Se encontró con un ambiente muy frío, todos los testimonios le parecieron idénticos y nadie se atrevía a decir lo qué pensaba. Descubrió a posteriori que se trataba de uno de los grupos que aplicaba el Modelo Minnesota.
"Cuando terminó la reunión dos tipos me agarraron por el brazo, me llevaron a un rincón y me dijeron que cómo podía estar hablando de desolación, que lo que tenía que hacer era ponerme a trabajar el programa", prosiguió el veterano. "Me pareció deshumanizante".
En Alcohólicos Anónimos, el programa, según coincidieron varios integrantes, no es lo más importante, sino que lo principal es la asistencia a las reuniones y escucharse los unos a los otros.
Además, sostienen que cada uno lo trabaja de manera individual y "no debería" haber ningún padrino o terapeuta que se lo imponga a los demás. "El primer paso es recomendable porque admitimos que somos impotentes ante el alcohol, pero los otros pasos son más subjetivos", destacó el veterano.
El veterano dijo sin miramientos que el Programa de los Doce Pasos que habían creado los socios fundadores de AA se "estaba prostituyendo".
Desde la asociación han denunciado a través de una carta a la que ha tenido acceso ECD el intento de convertir la entidad asistencial en un negocio. Aseguran que "falsos terapeutas" –cuya única preparación es un cursillo que ofrecen en los centros de rehabilitación – se están presentando en las reuniones como "expertos en el programa" para ganar dinero y "obligan" a los demás a trabajarlo entero por escrito.
Los "intrusos minnesotos" han llegado a soltar frases como: "este no es un programa para inteligentes, es un programa para obedientes", según explicó el veterano. "Han creado una jerarquía porque, según ellos, tienen un conocimiento superior sobre el programa y dividen los grupos en dos: por un lado, los terapeutas y padrinos que se presentan como la autoridad y son unos pocos y por otro, todos los demás, que somos una mayoría".
Concluyó que el Modelo Minnesota es totalmente incompatible con Alcohólicos Anónimos por sus diferencias irreconciliables e instó a las autoridades sanitarias a revisar esta situación para que determinen si estas personas están capacitadas para hacer lo que están haciendo con el Programa.
En una segunda carta, a la que también también ha tenido acceso ECD, uno de los grupos que conforman AA España, han llamado a la movilización del resto de integrantes contra el Modelo, "en defensa del legado de Bill y Bob", fundadores de la entidad.
También detallan cómo surgió este sistema de tratamiento de adicciones. Fue en los años cuarenta cuando, unos alcohólicos anónimos "de cortísimo recorrido en sobriedad" idearon por su cuenta la primera versión del Modelo.
Decidieron recrear en un espacio cerrado la atmósfera de las reuniones de AA. Salvo el médico y el personal de enfermería, todos los trabajadores del centro de rehabilitación, desde la recepcionista al jardinero, deberían ser miembros de AA, como también las personas que se encargarían de enseñar el Programa de los Doce Pasos.
Luego, terminado el período de internamiento, el paciente, ya desintoxicado, más o menos iniciado en dicho Programa, sería remitido a un grupo de AA. "Sobre el papel parecía sencillo, e incluso irreprochable, sobre todo si tenemos en cuenta los deprimentes resultados de los centros de rehabilitación convencionales".
Richard Coyle Lilly, un magnate del petróleo, "hizo suyo el proyecto" y, en asociación con varios hombres de negocios, puso en órbita una empresa llamada Hazelden, en Minnesota, Estados Unidos.
Fueron esos empresarios quienes, reorientaron el proyecto original, para adaptarlo a las exigencias del mercado, según se lee en la misiva. "Así, por ejemplo, alejándose de cualquier forma de altruismo, optaron por dedicar sus esfuerzos a la captación de clientes de la clase adinerada".
La primera clínica abrió sus puertas en Minnesota, en una granja reformada a tal efecto. Este fue el punto de partida de un negocio en constante expansión, llamado a "interferir" algún día, décadas después, "en la saludable y pujante existencia de AA" en Estados Unidos, en el Reino Unido, en México, en Colombia y, finalmente, en nuestro país.