El exjefe de gabinete técnico de la presidencia reveló que cuando trabajó con Boluarte Zegarra su intención siempre fue dirigir un gobierno de transición.
Dina Boluarte está atada de manos, esa es la impresión que tiene el exjefe del Gabinete Técnico de la Presidencia, Raúl Molina. Con más de dos meses sin declarar ante los medios, la jefa de Estado prefiere guardar silencio y maltratar a los periodistas que son invitados a las actividades donde participa.
Raúl Molina señaló que ha notado un cambio en la presidenta con la que trabaja, en los primeros meses de gestión, pues ahora parece tener miedo de enfrentar las preguntas de la prensa sobre las investigaciones en las que está implicada, siendo la más escandalosa la que se le sigue por el caso Rolex.
Molina también señala que Boluarte se encuentra atrapada por la falta de poder político en el Congreso. Aunque las bancadas del fujimorismo y sus satélites parecen respaldarla, el precio que está pagando es muy alto.
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"La situación de la presidenta ha cambiado notablemente desde aquellas semanas en las que estuve con ella hasta el presente. Nunca le he visto llevar un Rolex en la muñeca ni reunirse con la prensa. Se realizaron varias conferencias de prensa durante las semanas en las que estuve allí, y la situación actual difiere de la que tenía en ese momento", indicó en una entrevista en Canal N.
"Yo creo que la presidenta, en este momento, no sabe qué decirle a la prensa y no tiene muchas habilidades políticas para poder manejarse frente a preguntas inquisitivas. Además, creo que está atrapada en la situación en la que ha terminado metida por sus propios errores y por el escasísimo poder que tiene frente a un Congreso", agregó.
Raúl Molina dijo que cuando Dina Boluarte inició su gestión tras el golpe de Estado de Pedro Castillo, el tema central en la agenda era aprobar el proyecto de adelanto de elecciones.
En ese momento, lo he dicho muchas veces, la convicción que existía en Palacio de Gobierno era que se trataba de un gobierno de transición de corta duración. Siempre, en esas semanas, hablaba de 18 meses, y ella se ajustaba a esa previsión de 18 meses, tanto es así que uno de los temas recurrentes en esas semanas era el proyecto de adelanto de elecciones", narró.
Sin embargo, esto no se hizo realidad, pues Molina indicó que solo al mes que se retiró del cargo, la presidenta zanjó el adelanto de elecciones y confirmó que se quedaría a gobernar hasta el 2026.
"(En qué momento toma esa decisión) Ha sido después de que yo me he ido, porque hasta que yo me he ido uno de los temas claves en el equipo era el de adelanto de elecciones, y yo durante estas cinco semanas he insistido mucho que ella, frente a los peruanos y las peruanas, tomara el liderazgo de esa propuesta de adelanto de elecciones. Tal vez fui ingenuo, porque esa presidenta, desde ese momento, ya tenía un acuerdo con el Congreso, un acuerdo que ahora la tiene maniatada de manos" explicó.
Molina señala que desde antes del 7 de diciembre Alberto Otárola ya había pactado con el Congreso para que Boluarte Zegarra llegue al poder y ejerza un gobierno de transición.
