Diversas organizaciones empresariales se encuentran en estos días haciendo los cortes de caja después de las elecciones del pasado domingo, que como sabemos, alcanzaron niveles más bajos de los que se esperaban.
En las elecciones federales del 2018, el 63.4 por ciento de las personas en la lista nominal salió a las urnas y ahora, de acuerdo con los cómputos distritales, la participación de los electores fue del 61 por ciento, dos puntos porcentuales por debajo de la participación promedio en otras elecciones presidenciales.
Todos los organismos empresariales en meses y semanas previos estuvieron organizando campañas para la promoción del voto entre sus empleados y agremiados, buscaban cuando menos contribuir a que el 70 por ciento de los ciudadanos en el padrón ejerciera su derecho al voto, para que quedará reflejada su voluntad de elección en las urnas, pero simplemente no lo lograron.
Las empresas que forman parte de estas cámaras empresariales, también en lo individual, gastaron en campañas de promoción para conducir a que la gente votara, y no olvidemos que hubo también aquellas empresas que tenían actividad laboral el domingo y establecieron esquemas flexibles para que sus empleados pudieran ejercer su derecho al voto. Unos más, incluso ofrecieron bonos por ir a votar.
Otras más tenían incentivos para recompensar con un café u otros estímulos a quienes mostraran su dedo entintado tras la votación, lo que generó una gran afluencia por la mañana en todos los locales, obligando a poner letreros de que era promoción limitada, ya que se buscaba que la gente acudiera masivamente a las urnas. Pero resulta que todas esas campañas fracasaron.
Por eso, ahora, en las reuniones de los organismos del sector privado, que están haciendo un corte de caja, como en esta semana ha sido el caso de Coparmex, que encabeza José Medina Mora, se está haciendo un análisis de lo que pasó, pues pareciera que hubo un gran fracaso en la promoción del voto, pese a todos los esfuerzos de comunicación que hicieron.
Por otro lado, los organismos empresariales que mantuvieron una relación cordial y abierta con Claudia Sheinbaum, la candidata ganadora, como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que encabeza Francisco Cervantes, parecieran haber consolidado su influencia en el sector.
Lo cierto es que, así como ya empiezan a circular trascendidos de quiénes formarán el nuevo gabinete, también en el sector empresarial empezaremos a ver quién tiene mayor atención de parte de la próxima presidenta.
Por lo pronto, en el caso de promover el voto, no lo lograron como esperaban, ojalá en los planes que presenten, sí alcancen toda la atención.
Nuestro país ha sido en los últimos años, el centro de atracción para la instalación de data centers de empresas mundiales, ahí tiene que los principales bancos del mundo, como HSBC, que lleva Jorge Arce en México; BBVA, de Eduardo Osuna, y Santander, de Felipe García, han instalado en diferentes entidades sus data centers que dan servicio a otros países.
También han llegado importantes empresas de tecnología como Microsofot, que en México dirige Rafa Sánchez, que inició operaciones con la primera región de centros de datos a hiperescala en Querétaro, todo esto hay que verlo por el lado bueno.
Sin embargo, hay que poner especial atención, en el otro lado de la moneda, como bien alertó la Asociación Mexicana de Data Centers, que preside Amet Novillo, ya que la industria de los centros de datos en el país requerirá la generación y distribución de alrededor de mil 500 MW en los próximos cinco años.
Esa cifra en general preocupa a todos los que saben, ya que se preguntan desde hoy cómo se abastecerá este elevado consumo energético de manera sustentable y confiable.
El mapa energético de la MEXDC muestra que en nuestro país se consume actualmente 305 MW de energía en materia de centros de datos, ubicándose como el segundo mercado más grande de América Latina en metros cuadrados y potencia energética.
Actualmente operan 109 centros de datos operando en el territorio nacional, 21 se encuentran en fase de construcción, además de siete más anunciados en los siguientes cinco años. ¿Estaremos listos para dotarlos de energía?
Los negocios en el mundo del futbol no paran y si no, hay que ver el nuevo fichaje de TV Azteca, que a partir de la próxima temporada tendrá al Club Tigres en sus transmisiones.
La empresa de televisión y el club iniciaron una sociedad comercial con un contrato multianual para transmitir en exclusiva los partidos de local del equipo varonil en México; adicional a la transmisión de los partidos, el acuerdo comercial incluye la promoción permanente de la imagen del Club Tigres a nivel nacional y contenidos exclusivos por las diversas vías de salida que tiene TV Azteca, que tiene como vicepresidente del Consejo de Administración de Grupo Salinas a Benjamín Salinas.
El Club Tigres es un equipo de futbol perteneciente a la Universidad Autónoma de Nuevo León y administrado por Cemex a través de su filial, Sinergia Deportiva, desde el 2006.
En este mes del Orgullo LGBTQ+ infinidad de empresas realizan actividades para seguir impulsando un mejor entorno laboral y toda la avenida Reforma podemos verla iluminada y decorada con la bandera del arcoiris.
El sector financiero fue uno de los primeros en abrazar estas iniciativas, bancos como Citibanamex, que lleva Manuel Romo, Scotiabank de Adrián Otero y HSBC de Jorge Arce han impulsado actividades diversas para este mes, esto sin dejar de lado la marcha programada, en donde un gran número de empresas apoyan a sus trabajadores.
Pero lo más importante son los cambios en el entorno laboral que se ha dado desde reclutamiento, programas especiales de inclusión y sensibilización, licencias de maternidad, paternidad y adopción, así como cuidados a terceros.
Ojalá estas acciones de la iniciativa privada fueran adoptadas y más vistas por el sector público.
Por lo pronto, la moneda está en el aire.