Pedro Sánchez, lleva sin acudir a una sesión de control del Senado desde el 12 de marzo, por lo que en el próximo Pleno de la semana que viene va a cumplir ya tres meses ausente en la Cámara Alta. El presidente del Gobierno ha acudido tan solo una vez al Senado desde que fue investido el 16 de noviembre. Además del jefe del Ejecutivo, habrá ocho ministros más que tampoco acudirán al hemiciclo y eso es algo que el PP quiere frenar de inmediato con una reforma del Reglamento que obligue a todos los ministros a justificar sus ausencias a las sesiones de control. Esa modificación reglamentaria se votará en el Pleno de la próxima semana.
Lo cierto es que los tres meses de Sánchez ausente en el Senado contrastan con su antecesor en la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, quien nunca estuvo más de 90 días sin aparecer por la Cámara Alta durante un periodo de sesiones entre 2012 y 2018 (los años que estuvo el popular en Moncloa). Los periodos de sesiones están comprendidos por los meses de febrero a junio y de septiembre a diciembre.
El PP consiguió el 23 de julio la mayoría absoluta en el Senado y, desde entonces, el presidente del Gobierno ha ignorado la Cámara Alta como muestra de desprecio a los resultados electorales de los populares. El PP ha convertido el Senado en un bastión de oposición a Sánchez.
En este sentido, con la amnistía, el PP forzó un retraso de la aprobación (pasando de una tramitación de 20 días a dos meses) y aprovechó para que desfilaran juristas por la Cámara, que dieron su opinión sobre la medida de gracia, que fue mayoritariamente crítica. En el PP creen que el paso de juristas por la Cámara y los informes que se han ido elaborando por letrados pueden ayudar posteriormente al rechazo de la amnistía en instancias europeas ya que la aspiración es que Europa se acabe pronunciando. Con la presunta trama de corrupción del «caso Koldo» y el «caso Begoña Gómez», los populares han creado una Comisión de Investigación que ha citado ya a altos cargos de Sanidad y de Transportes y, según reivindican fuentes populares, ha empezado ya a dar «frutos» tras alguna imputación judicial.
De momento, el PP ha optado por contemporizar para citar a Sánchez, así como a algunos ministros, para ir acompasándolo a la evolución de la investigación judicial. En las filas populares están convencidos de que la investigación que lleva a cabo el juzgado de instrucción 41 de Madrid va a seguir aportando nuevas informaciones y por ello quieren esperar. Lo que sí parece ya descartado es la citación de Begoña Gómez en la Comisión de Investigación pese a que Sánchez desafió al PP.
La sesión de control del próximo martes es la primera ocasión que va a tener el Gobierno para dar explicaciones sobre los resultados que arrojen las elecciones europeas, donde todo apunta a que el bloque de la investidura se va a desplomar (el PSOE es el único partido que va a resistir) y la derecha va a ganar con holgura (van a crecer tanto Partido Popular como Vox y está por ver si irrumpe alguna formación más o aguanta Ciudadanos).
Si bien, no solo no estará Sánchez, sino que tampoco estarán los siguientes ocho ministros: Yolanda Díaz (vicepresidenta), Margarita Robles (Defensa), Pilar Alegría (Educación), José Manuel Albares (Exteriores), Jordi Hereu (Industria), Ángel Víctor Torres (Política Territorial), Carlos Cuerpo (Economía) y Sira Rego (Juventud). Albares es quien más ausencias acumula en lo que va de legislatura, con siete: todos los ministros del Gobierno han fallado, por lo menos, dos veces a las sesiones de control en los últimos siete meses.
Tras las elecciones europeas, parece que el Gobierno tiene el camino despejado de citas con las urnas y, por tanto, ahí es donde se va a medir si tiene capacidad para agotar la legislatura. Una de las cuestiones más inmediatas a tratar va a ser los Presupuestos y ahí el Gobierno puede volver a toparse con el Senado porque la Cámara Alta tiene que dar el plácet a los objetivos de estabilidad presupuestaria y si el PP, con su mayoría, los tumba, Moncloa se queda sin poder elaborar las Cuentas. De hecho, para tratar de modificar ese precepto, el Gobierno ya ha diseñado una enmienda, que pretende colar en la ley de paridad, para acabar con la posibilidad de veto del Senado.
El Senado, por tanto, tiene limitadas facultades legislativas ya que el Congreso tiene casi todo el peso (la Cámara Alta solo capacidad de veto, pero la Cámara Baja puede anularlo), pero aun así los populares no se resignan y quieren rentabilizar su fuerza parlamentaria con iniciativas legislativas. Ya ha enviado más de una decena al Congreso de los Diputados, aunque la Cámara Baja está controlada por PSOE y Sumar, que frenan la tramitación de esas leyes. En el Pleno de la próxima semana, el PP lleva una ley por la que se regula el procedimiento de concesión de ayudas a las personas afectadas por la talidomida en España durante el período 1950-1985.
