En la lista de casos sin resolver, el asesinato de Paco Stanley es uno de los más controversiales, no solo porque era uno de los personajes más queridos de la televisión mexicana, también por la manera en la que las autoridades abordaron el hecho hace 25 años. Compañeros a cuadro como Jorge Gil y Benito Castro testificaron, mientras que Mario Bezares y Paola Durante estuvieron en prisión como parte del proceso legal.
El 7 de junio de 1999, Francisco Stanley Albaitero fue víctima de un ataque a tiros a las puertas del restaurante ‘El charco de las ranas’, donde desayunó con varios de sus colegas. La camioneta en la que viajaba recibió una veintena de disparos, cuatro de ellos impactaron al conductor, un transeúnte murió y Jorge Gil recibió un tiro que lo hirió en una de las extremidades.
El caso generó una gran cobertura mediática debido a la relevancia del personaje, también porque el asesinato ocurrió a plena luz del día, en una avenida muy transitada de Ciudad de México, y los responsables se dieron a la fuga. Hasta el momento se desconoce su identidad.
Un año antes del asesinato, Paco Stanley fue víctima de un asalto en el restaurante ‘Las Gaoneras’, en esa ocasión le robaron un reloj, pero recibió una amenaza: “Venimos por ti”, le dijeron, de acuerdo con la versión de Mario Bezares, quien recuerda que el conductor no tenía idea de dónde venía la advertencia.
Pero ese no fue su único encuentro con la delincuencia, meses después volvieron a asaltarlos, esta vez cuando viajaban en auto rumbo a la presentación de su programa Una tras otra. De nuevo según Mario, los asaltantes sabían quiénes eran.
Esos hechos y algunos incidentes, como el supuesto mensaje que recibió Paco de Ismael ‘Mayo’ Zambada en pleno programa y la sospecha de que era una bolsa de polvo blanco lo que salió del saco de Bezares durante un baile de ‘El Gallinazo’, reforzaron en la opinión pública la línea de investigación que siguieron las autoridades.
A lo largo de los años, han aparecido testimonios sobre el vínculo entre la delincuencia organizada y Stanley, como sus reuniones con Amado Carrillo, uno de los narcotraficantes más buscados: ‘El señor de los cielos’, en las oficinas de ST Producciones.
Benito Castro recordó que cuando lo conoció no le vio la cara, pero Paco se refirió a Carrillo como “mi compadre”. El músico que trabajó junto a él en Llévatelo aceptó en varias entrevistas que en esas épocas consumían altas cantidades de cocaína, pero nunca refirió la procedencia.
Un día después del asesinato que conmocionó a México, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, encabezada por Samuel del Villar, difundió los hallazgos en la escena del crimen: medio gramo de cocaína en uno de los bolsillos de Paco, un molinillo de mano, además de una identificación de funcionario de la Secretaría de Gobernación que acreditaba su derecho a portar armas.
Los exámenes toxicológicos, según los reportes oficiales, arrojaron la presencia de cocaína tanto en su organismo como en el de Mario Bezares, pese a que este último negó el consumo en las declaraciones iniciales.
Tras los interrogatorios a personas cercanas y con el desarrollo de las investigaciones, Del Villar se refirió al móvil del caso como “un ajuste de cuentas” por supuestas deudas con el Cártel de Colima, liderado por los hermanos Amezcua.
A partir de la reconstrucción de los hechos, las autoridades señalaron a Luis Amezcua como autor intelectual, apoyado por Erasmo Pérez Garnica, alias ‘El Cholo’, quien habría cometido el delito, e involucraron a Mario Bezares y Paola Durante al considerarlos cómplices junto al chofer y el guardaespaldas del conductor.
Sin embargo, las autoridades no pudieron acreditar su responsabilidad y en enero del 2000, después de más de un año en prisión, los seis acusados quedaron en libertad.
En ese momento, el hijo de Paco Stanley celebró la determinación porque, a su parecer, limpio el nombre de su padre a quien habían señalado como distribuidor de droga y colaborador en lavado de dinero.
