La popularidad de las frazadas tigre no se limita a Perú. Conoce su origen y por qué son preferidas en ciertas naciones latinoamericanas. Desde su creación en el siglo XIX, estas cobijas han demostrado ser esenciales en invierno.
En América Latina, las frazadas tigre se han convertido en una tradición que ha perdurado a través de los años. Aunque son especialmente populares en Perú, también son utilizadas en otros países. Estas mantas, conocidas por sus llamativos diseños y su efectividad para combatir el frío, tienen una rica historia y una capacidad única para mantener el calor, lo que las hace indispensables durante el invierno.
Las frazadas tigre son un producto de calidad, pero también un símbolo cultural. Su historia comienza en Perú, donde fueron fabricadas por primera vez en el siglo XIX. Estas cobijas se destacan por su mezcla de fibras naturales como la lana de ovino y la alpaca, que les otorgan propiedades térmicas excepcionales. A lo largo de los años, su popularidad ha cruzado fronteras y encontraron adeptos en países vecinos.
Las frazadas tigre son un fenómeno que ha capturado la atención de varios países en América Latina. Aunque su origen se encuentra en Perú, estas cobijas también son muy apreciadas en Ecuador y México. En la nación peruana, estas mantas son producidas por empresas históricas como la fábrica de tejidos Maranganí en Cusco y la tienda Santa Catalina en Lima. En esos países, estas frazadas se han adaptado a las preferencias locales y se convirtieron en un elemento común en los hogares durante la temporada de frío.
En México, la empresa Cobertores San Marcos, situada en Aguascalientes, ha popularizado su propia versión de las frazadas con motivos de tigre. Fundada por Jesús Rivera Franco, esta compañía introdujo un diseño único que presenta dos tigres mirando frontalmente, inspirado en un viaje a España. Este diseño distintivo ha sido un éxito rotundo en el mercado mexicano y consolidó la presencia de estas cobijas en la región.
Las frazadas tigre son especialmente valoradas en Perú debido a su capacidad para mantener el calor durante los fríos inviernos. Estas mantas están confeccionadas con una selecta variedad de fibras naturales, como la alpaca y la lana de ovino, que son reconocidas por sus propiedades aislantes. Las fibras de alpaca y lana tienen una estructura que incluye bolsas de aire microscópicas, capaces de capturar el calor corporal y actuar como aislantes térmicos. Esto permite que las frazadas mantengan a las personas abrigadas y cómodas.
Además, las frazadas tigre producidas por la tienda Santa Catalina, ubicada en el Cercado de Lima, pesan casi tres kilogramos debido a su volumen significativo. Esta característica les permite ofrecer un abrigo adicional durante las noches frías. La combinación de tradición y calidad ha hecho que estas mantas sean una elección popular entre los peruanos.
El origen de las frazadas tigre se remonta a fines del siglo XIX en Perú. Dos empresas fueron pioneras en la fabricación de estas cobijas: la fábrica de tejidos Maranganí en Cusco, que ha estado en operación desde 1890, y la tienda Santa Catalina en Lima, fundada en 1888 por Bartolomé Boggio y Enrique Price. La tienda Santa Catalina, que aún se encuentra activa, fue la primera en crear y distribuir estas mantas con motivos de tigre.
La fábrica de tejidos Maranganí también jugó un papel crucial en la popularización de estas frazadas. Conocida por su especialización en mantas pesadas, esta empresa contribuyó a la difusión de las frazadas tigre en el mercado peruano. Hoy en día, Santa Catalina continúa siendo la principal distribuidora de estas cobijas.
En Ecuador y México, las frazadas tigre también han ganado popularidad debido a sus propiedades térmicas y su atractivo diseño. En México, Cobertores San Marcos ha adaptado el concepto original para crear una versión que se ajusta a las preferencias locales. La empresa, ubicada en Aguascalientes, ha logrado un gran éxito con sus cobertores de tigre, que presentan un diseño más realista y frontal.
En Ecuador, las frazadas tigre se han integrado en la vida cotidiana y son utilizadas en hogares durante la temporada de frío. La capacidad de estas mantas para mantener el calor y su durabilidad las han convertido en una elección preferida por muchas familias ecuatorianas.
