El Decanato de los Juzgados de Instrucción de Madrid situados en Plaza de Castilla no prevé, de momento, un dispositivo específico de seguridad que implique un trato diferenciado para Begoña Gómez el día de su declaración ante el juez, el 5 de julio. Moncloa ha pedido al Ministerio del Interior un informe que evite a la esposa de Pedro Sánchez el ‘paseíllo’.
La decana de los jueces de Madrid, María Jesús del Barco, no ha recibido hasta ahora ninguna solicitud para que se permita la entrada de Gómez por el garaje.
Cuando se aproxime la fecha, según la doctrina fijada por su proceder y el de sus predecesores, solicitará un informe a la Policía Nacional y otro al servicio de Seguridad del edificio en relación con la pertinencia de que Begoña Gómez acceda al edificio por el mismo lugar y del mismo modo que el resto de ciudadanos o no, dado su perfil público y valorando los posibles riesgos para su seguridad.
De hecho, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los movimientos, Moncloa ha pedido al Ministerio del Interior un informe que evite precisamente a Begoña Gómez el ‘paseíllo’ judicial.
Sin embargo, los técnicos del departamento que dirige Fernando Grande Marlaska, responsables de realizar la evaluación de riesgos de personalidades públicas, deberán acreditar que la mujer del presidente del Gobierno corre un “grave riesgo” si accede a pie a las dependencias judiciales tras el pertinente refuerzo del dispositivo de seguridad en la zona.
Hay que recordar que los juzgados de Madrid cuentan con dos puertas de entrada: la principal situada en el Paseo de la Castellana, frente a Plaza de Castilla y la trasera, en la calle Poeta Joan Maragall. La puerta lateral, en la calle Bravo Murillo, sólo es para las guardias de detenidos.
Fuentes del Ministerio del Interior explican a ECD que el diseño de los protocolos de seguridad y el servicio de protección personal con escoltas está sujeto a las valoraciones técnico-policiales que se van actualizando, en función de los riesgos que puedan darse.
En ningún caso, insisten, la seguridad de las personas está sujeta a criterios políticos. “El trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es igual, ponen el mismo empeño: la seguridad está por encima de todo”, zanjan.
Según la doctrina, y salvo que la Policía aprecie una peligrosidad mayor para la esposa del presidente del Gobierno por la excepcionalidad de que sea la primera vez que declara como investigada en una causa judicial, Moncloa asume que tampoco podría evitar su imagen entrando a los Juzgados.
En caso de que los informes policiales descarten que existan riesgos para la seguridad de Begoña Gómez y el Decanato no le autorice un acceso discreto, el Gobierno y el PSOE explotarán mediáticamente el acoso que pueda sufrir la mujer de Sánchez por parte de grupos ultras que acudan a los juzgados para insultarle, después que el matrimonio se haya presentado como víctima de la “máquina del fango” del PP y Vox.
Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD aseguran que el equipo de Pedro Sánchez también tiene decidido distribuir las imágenes de los posibles altercados que se puedan producir, donde se vea a Gómez a unos centímetros de las personas que le puedan increpar, además de difundir las declaraciones de dirigentes socialistas, que en las últimas semanas han centrado su discurso en señalar a los periodistas como un engranaje de los poderes fácticos.
En la dirección del PSOE no pasan por alto que Pablo Iglesias e Irene Montero han decidido meter, en esta campaña para las elecciones Europeas, el juicio contra su presunto acosador en el chalet de Galapagar.
El exlíder de Podemos y la candidata del partido al Parlamento de la UE convocaron hace unas semanas a los medios a las puertas del juzgado para defender que el acoso que vivieron en su domicilio es “consecuencia” de la “violencia mediática” que sufrieron durante su etapa como ministros.
Han explotado mediáticamente que nadie en esta democracia ha sufrido el acoso que han padecido ellos.
Irene Montero ha amplificado en los últimos diez días de campaña que nadie en la política ha estado sitiado en su casa durante meses por una “manada de fascistas”. Nadie ha sido señalado por comprarse una vivienda. Nadie ha sido tan desprestigiado con falsedades. Nadie ha sido tan perseguido, en plena calle, en un restaurante, hasta en presencia de sus hijos. Ha denunciado, en definitiva, que nadie ha sido tan deshumanizado y demonizado.
Según las fuentes consultadas, Podemos ha rentabilizado electoralmente la tesis de que “la pareja Pablo Iglesias-Irene Montero son más víctimas del fango que la formada por Pedro Sánchez y Begoña Gómez”.
La formación morada ha ganado un 0,6% de votos, según los últimos estudios, elaborados a partir de encuestas publicadas durante el pasado fin de semana. Con todo, ese “fortalecimiento” no se traduciría en escaños y los morados se quedarían con dos eurodiputados.
En cambio, Sumar se está dejando votos en campaña, según los mismos análisis. El partido de Yolanda Díaz se situaría ahora más de un punto porcentual por debajo que hace una semana, pero mantiene los cuatro escaños que las encuestas le otorgaban desde antes de arrancar la campaña.
En los últimos años han acudido a declarar a los juzgados de Plaza de Castilla políticos como José Manuel Franco, exdelegado del Gobierno en Madrid por permitir la manifestación del 8-M (él no solicitó un acceso distinto); el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón o el fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, quien sí intentó evitar que las cámaras le captaran, sin resultado.
Hasta el momento, distintos políticos que han acudido a los Juzgados a declarar como investigados o como testigos han solicitado también evitar el denominado ‘paseíllo’ entre los periodistas que se agolpan a las puertas de los Juzgados.
En la mayoría de los casos, los informes han descartado que hubiera riesgos para la seguridad, por lo que el Decanato no permitió un acceso discreto.
Fuentes judiciales recuerdan a ECD que la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, sí evitó a los medios cuando acudió a declarar como investigada por el caso Máster en 2018. Consiguió entrar por el garaje a pesar de que la decana en aquél momento, Carmen Valcárcel, tampoco lo había autorizado.
