Ya se ha vuelto casi una costumbre que cada año se reactive el debate sobre los proyectos de retiros de fondos desde las AFP. Este viernes 07 de junio culmina la veda legislativa, tras un año desde el rechazo del proyecto anterior, y todos los ojos estarán puestos sobre las distintas iniciativas que podrán comenzar a discutirse legislativamente.
Una presión adicional depositaron diputados de la bancada independiente-PPD realizando un ultimátum al Gobierno y a la oposición que, de no avanzar en una reforma previsional, respaldarían los retiros. El diputado Raúl Soto cuestinó que: “¿Con qué cara le vamos a negar a los chilenos la posibilidad de abrir la discusión de un retiro para que hagan lo que quieran con su plata, si el sistema político no se pone al día y le soluciona el problema de las bajas pensiones?”.
Son al menos tres las iniciativas que hoy permanecen congeladas en el Congreso Nacional y que esperan ser impulsadas: la del diputado Enrique Lee (Avancemos Chile) que busca un retiro del 10% y hasta del 50% con fines de invertir en una primera vivienda; el que impulsa Pamela Jiles (Partido Humanista); y un tercer proyecto de autopréstamo que permitiría hacer uso de hasta 5 millones de pesos, autoría de Rubén Oyarzo (ex-PDG).
Desde el Gobierno expresaron su rechazo rotundo para legislar al respecto, advirtiendo efectos negativos en el control de la inflación que tan complejo fue alcanzar producto de los resabios de la pandemia.
El Ministro de Hacienda, Mario Marcel, sostuvo que “tensionar las cosas en torno a los retiros, las demoras en el avance en la reforma de pensiones, es jugar con fuego frente a este tipo de escenarios. Así que tan irresponsable como llamar a retiros también es demorar innecesariamente el avance en temas ligados a pensiones”.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Andrés Solimano, doctor en Economía y presidente del Centro Internacional de Globalización y Desarrollo (Ciglob), afirmó que para aumentar las jubilaciones es imperativo una “cirugía mayor” en la reestructuración del sistema de pensiones, por lo que, una solución no pasa por impulsar un nuevo retiro del 10% y que, más bien, el proyecto responde a una intención de acelerar el trámite previsional, de decir: “Devuélvanle los fondos a los dueños de los fondos porque el sistema político es incapaz de llegar a una solución“.
Si bien advierte que esta no es una respuesta, no coincidió plenamente con la afirmación del Gobierno en torno a la inflación. De acuerdo a Solimano, el poder de compra que adquiere la población al recibir los recursos de los fondos de pensiones, puede decantar por dos canales. “Uno, que acelere la reactivación económica porque este año vamos a crecer 2 – 2,5 y quizás con un retiro podría crecerse 4%. Entonces, no todo necesariamente tiene que irse a precio o mayor inflación, también puede haber aumentos de demandas que se acomoden por el lado de la oferta, de la economía y haya más producción y más empleo, un poco más de inversión también. Yo creo que sería una mezcla entre aumento de precios, eventualmente, y aumentos de producción en la economía”, indicó.
“Los retiros sí tienen un efecto estimulador de la economía en el corto plazo porque la gente tiene más liquidez y podría gastar más en consumo. Una parte se ahorra porque quedó demostrado en los retiros anteriores que la gente sacaba sus fondos de las AFP y no lo gastaba todo, algunos invertían en un pequeño negocio o en mejorar cosas de la casa o, quienes sacaban montos más grandes, podían adquirir una nueva vivienda, prepagaban o pagaban deudas”, añadió.
Andras Uthoff, el doctor en Economía de la Universidad de California (Berkeley) y miembro del Consejo Asesor para la Reforma Previsional y del Consejo Consultivo Previsional, sostuvo que, aunque puede ser un “alivio” para quienes se encuentran afligidos de liquidez, la posibilidad de nuevos retiros “no es una buena noticia ni para el sistema de pensiones ni para la economía en su conjunto, por cuanto genera desequilibrios macroeconómicos y presiones inflacionarias”.
“Mientras no se cree un verdadero sistema de pensiones y esto sea un mercado de ahorro obligatorio de largo plazo, la gente como tal, frente a necesidades u otros, se siente con la posibilidad de poder retirar su fondo sin tomar conciencia que al retirarlos esta claramente limitando lo que va a ser el autofinanciamiento de su pensión”, añadió.
Profundizando en el impacto económico, Uthoff ejemplificó señalando que el país mantiene una cantidad de ahorro equivalente al 80% del Producto Interno Bruto (PIB), entonces, “si tú retiras un 10% estás poniendo un 8% del PIB, de mayor liquidez en la economía, y eso genera una desestabilización de lo que es la disponibilidad de dinero en la gente para gastar y mientras no puedas responder a aparatos productivos, genera inflación“.
Manuel Agosin, académico de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de nuestra Casa de Estudios, afirmó que los diagnósticos en torno a las consecuencias ya son lo suficientemente claros para oponerse al impulso de un séptimo retiro. “No tengo nada que agregar a las múltiples voces, desde el ministro Marcel hasta académicos respetados, que han dicho que esta es una horrorosa política y lo único que hace es descapitalizar a las propias personas que están retirando sus fondos. Ellos van a encontrar al final de su vida útil que no tienen cómo jubilarse, entonces es una pésima, pésima, política y no debería hablarse nunca más sobre el tema”, zanjó.
“No es el impacto sobre la inflación lo que importa, el impacto es sobre las pensiones de las personas. Es lo mismo que si usted saca plata de alguna cuenta de ahorro, va a tener menos ahorro en el futuro y si cuenta con esos ahorros para jubilarse, peor todavía. Estos son cantidades importantes de recursos que se le esta restando a las pensiones futuras, entonces es la política más descabellada que yo he visto desde el regreso a la democracia“, señaló.