Desde hace casi una década, los astrónomos se rascan la cabeza tratando de averiguar el origen de un fenómeno que, cuando menos, podríamos calificar de inusual: cientos de estrellas que, literalmente, desaparecen del cielo sin dejar rastro. Sin explosiones, sin emitir fuertes chorros de radiación, sin dejar una sola huella de que alguna vez estuvieron ahí. Ya en 2019 el proyecto VASCO (Vanishing and Appearing Sources during a Century of Observations) trató de elaborar un catálogo de estrellas desaparecidas, y halló que durante los últimos 70 años eran muchas las habían dejado de verse en las fotografías, y que unas cien de ellas lo habían hecho sin una explicación aparente. Una estrella, desde luego, no no es algo que desaparezca...
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