No pasa nada porque Dios no quiere. Ésta es la sensación que queda en muchos puertos de montaña en las carreras ciclistas cuando el gentío rodea y se acerca en exceso a los ciclistas, que suben esforzándose al máximo por rampas imposibles. Y nadie está exento de ello, ni
Tadej Pogacar como se ha visto este sábado en la
20ª y penúltima etapa del Giro de Italia 2024.Seguir leyendo...