La tercera campaña electoral del año , a pesar de que en las europeas sí que podremos votar los castellanos y leoneses, causa en la calle la misma indiferencia que las dos anteriores cuando no estábamos llamados a las urnas. Las europeas siguen siendo percibidas como unas elecciones lejanas y ajenas no solo por los ciudadanos si no por los propios políticos que insisten en una campaña de polarización nacional para movilizar el voto. Es curioso este desapego que provoca Europa con lo decisiva que resulta en la política española. No solo porque el último gobierno de la nación se haya pactado en Waterloo y tenga copias de las llaves de La Moncloa un eurodiputado prófugo que vagaba por Bruselas...
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