El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es un tributo que deben pagar al Estado los ciudadanos que residen en España y "grava la renta de las personas físicas de acuerdo con su naturaleza y sus circunstancias personales y familiares", tal y como establece la normativa vigente. Por tanto, este impuesto afecta a diferentes ingresos como los del trabajo –salarios–, los rendimientos de capital –intereses, dividendos y alquileres–, los ingresos de actividades económicas –beneficios de negocios o actividades profesionales– y las ganancias o pérdidas de bienes personales –ventas de propiedades o inversiones–.
Este impuesto se aplica sobre los ingresos que generan las personas y, anualmente, en la declaración de la Renta, se calcula la cantidad de IRPF que deberán pagar en el último año fiscal, restando las cuantías que han ido aportando a través de sus nóminas.
La declaración de la Renta tendrá resultado negativo o saldrá a devolver cuando el contribuyente haya tenido retenciones mayores que la cuota a pagar. En cambio, este obtendrá un resultado positivo si ha sucedido el caso contrario, y no se ha utilizado el porcentaje correcto de IRPF, por lo que tendrá que pagar la cantidad correspondiente a la Administración Pública. Pero, ¿a qué se puede deber que a una persona le salga a pagar en la campaña de la Renta? Desde TaxDown explican los principales motivos para ello.
Este año es obligatorio incluir en la declaración de la Renta el Ingreso Mínimo Vital (IMV) que haya recibido el beneficiario "con independencia de la cuantía de sus ingresos, su condición laboral y de su edad", asevera la Seguridad Social en su página web.
Asimismo, si una persona ha sido beneficiaria de los ERTE, el SEPE funcionará como segundo pagador, por lo que si este organismo ha entregado más de 1.500 euros y los ingresos superan los 15.000 euros brutos anuales, esta estará obligada a presentar la declaración de la Renta.
"En caso de que seas autónomo, no debes olvidarte de agregar la cantidad de dinero recibida por el cese de actividad en tu declaración de IRPF", aseveran desde TaxDown.
Un plan de pensiones es un producto de ahorro a largo plazo cuyo objetivo es generar un ingreso extra para cuando llegue el momento de la jubilación. A ojos de Hacienda, un plan de pensiones es un salario en diferido, esto significa que una parte del sueldo actual se está guardando y que no se podrá tocar hasta el momento de la jubilación, por lo que será posible restarlo de los impuestos. No obstante, una vez se rescate este plan de pensiones, será necesario declarar estas rentas como si se tratase de un salario y hacer frente a una tarifa que oscilará desde el 19% hasta el 47%.
Otro de los motivos para que la declaración de la Renta salga a pagar es que el contribuyente no se aplique las deducciones estatales y autonómicas a las que tiene derecho. Por tanto, desde TaxDown explican que es "elemental" que una persona esté informada de estas deducciones para que se pueda aplicar todas las que le correspondan en su declaración de IRPF.