Llegó al Valencia en septiembre de 1997. La temporada era ya por aquel entonces un caos. Jorge Valdano había durado cuatro jornadas. Se había roto Romario y el equipo que se había construido para aspirar al título se rompía a pedazos. Dice la leyenda, que Paco Roig , entonces presidente, quería un entrenador italiano y de carácter. Y llegó Ranieri . Era desconocido, serio, metódico, pero empático con el entorno. Tuvo un pie fuera del equipo apenas dos meses después de su llegada. Un gol de Mendieta en Anoeta le salvó la cabeza y, desde entonces, todo cambió. Claudio Ranieri forma parte de la historia del Valencia Club de Fútbol, porque con él cambió todo. En su primera temporada en el club el 'allenatore', le dio la vuelta a todo. El equipo recuperó su identidad, tuvo sello propio. Era el Valencia de Mendieta, Illie, Claudio López o Carbon i, pero por encima de todos estaba el Valencia de Ranieri. Se convirtió en una parte de la ciudad. Paseó por la Albufera, cocinó paellas y tiró petardos. Fue 'uno di noi'. En su segunda temporada, remató su obra. 1999 vio levantar la Copa del Rey. Veinte años después el Valencia ganaba algo. El equipo acabó la temporada en modo trituradora, alcanzó plaza de Champions, empezaban aquellos maravillosos años. Sin Ranieri nada hubiera sido igual. Bajo su tutela vimos la mejor versión de Mendieta, Illie o Claudio López. Las victorias sobre el Barcelona con el 'Piojo' riéndose de los de Van Gaal siguen siendo recordadas. Ahora, con 72 años y tras entrenar por medio mundo, el 'general' se retira a sus cuarteles de invierno. Siempre nos quedarán sus enfados en las ruedas de prensa si sonaba un móvil y sus ausencias los lunes porque viajaba a Roma a ver a su familia, pero sobre todo su carisma y personalidad. Su vuelta en 2004 como casi siempre las segundas partes de algo salió mal. Apenas media temporada duró su aventura, ni el Valencia era el del 97 ni él tampoco. Pero de ese Ranieri ya no me acuerdo. Gracias por todo 'general'.